La Corte Suprema está ahora considerando si el presidente tiene la autoridad legal para imponer aranceles utilizando estas facultades, dado que el Congreso es la rama del gobierno encargada de los impuestos y el gasto público —el llamado poder del presupuesto— y no la rama ejecutiva.
Gregory Daco, economista jefe de EY-Parthenon, afirmó que una reversión permanente e inmediata de los aranceles basados en el IEEPA revertiría «significativamente» la presión de los aranceles sobre la economía, reduciendo su impacto estimado en el PIB en casi un 60%, del 1% a alrededor del 0,4%.
«Pero el verdadero catalizador para recuperar la confianza reside en la permanencia y la claridad del cambio de política», afirmó Daco. «Sin eso, las empresas seguirán siendo cautelosas, los flujos comerciales continuarán interrumpidos y las posibles ganancias económicas se verán considerablemente disminuidas».
Estados Unidos recaudó 225 mil millones de dólares en aranceles durante el último año, 145 mil millones más que el año anterior. Daco estima que la reversión total de los aranceles del IEEPA podría implicar más de 85 mil millones de dólares en reembolsos o devoluciones de impuestos. Advirtió que, a menos que la reversión se considere duradera, la incertidumbre resultante seguirá afectando las decisiones de inversión y las cadenas de suministro globales, lo que mitigará cualquier impacto positivo derivado de la reversión de los aranceles.
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Luke Tilley, economista jefe de Wilmington Trust, afirmó que una reversión de los aranceles de la IEEPA tendría «profundas implicaciones para las perspectivas», en particular que prolongaría la ya elevada incertidumbre que impide a muchas empresas contratar personal o realizar nuevas inversiones de capital.