El fútbol español se prepara para un hecho inédito: el Villarreal y el FC Barcelona podrían disputar su partido de la jornada 17 de LaLiga en el Hard Rock Stadium de Miami, con capacidad para 65.000 espectadores. La decisión, todavía pendiente de la autorización de CONCACAF y FIFA, ha desatado un intenso debate entre clubes, jugadores y organismos.
La postura de los jugadores y el sindicato
El sindicato AFE ha sido la voz más crítica:
“Adulteran la competición porque uno juega como local sin serlo”, denuncian.
El argumento central es que se rompe la igualdad: el Villarreal perdería la ventaja de jugar en La Cerámica, su estadio, donde más de 23.000 aficionados suelen acompañar al equipo. Aunque el presidente Fernando Roig ha ofrecido cubrir vuelos para los hinchas que viajen a EE. UU., se espera que en Miami ondeen más banderas azulgranas que amarillas.
Los capitanes de los 20 equipos de Primera ya se reunieron en agosto para debatir y planean un segundo encuentro. Sus preocupaciones:
- Que este precedente abra la puerta a más partidos fuera de España.
- El riesgo físico por un calendario ya saturado.
- El incumplimiento de descansos pactados en el convenio colectivo.
En concreto, los artículos 8 y 9 del convenio establecen límites de concentración y un mínimo de 36 horas de descanso, algo difícil de garantizar con viajes transatlánticos.
El visto bueno de UEFA y la contradicción de Ceferin
La UEFA sorprendió al avalar el partido Villarreal–Barça en Miami y el Milan–Como en Australia. Pero al mismo tiempo, su presidente Aleksander Ceferin calificó la medida de “lamentable” y aclaró que no debería sentar precedente, defendiendo que las ligas nacionales deben permanecer enraizadas en su entorno local.
Impacto en calendario y competiciones
El choque está previsto para el 20 de diciembre, justo después de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey (16 y 17 de diciembre). Si Villarreal o Barça siguen vivos en la competición copera, la RFEF tendría que recolocar partidos, algo complicado en un calendario tan apretado.
Además, se calcula que el acuerdo supondría entre cinco y seis millones de euros para ambos clubes, una cifra clave para el Villarreal, que perdería ingresos por ticketing al no jugar en casa.
Consecuencias para la salud de los futbolistas
Los especialistas en medicina deportiva coinciden en que el principal reto es la adaptación al cambio horario (6 horas menos en Miami respecto a Madrid).
- El médico deportivo Juanjo Álvarez advierte sobre insomnio, fatiga y riesgo de lesión si no hay tiempo suficiente para aclimatarse.
- El preparador físico Vicente Calvo cree que con 6-7 días de adaptación el impacto sería mínimo: “Una semana de Champions es mucho más agresiva desde el punto de vista adaptativo”.
- El fisioterapeuta Miguel Ángel Cordero señala que los jugadores están preparados para estos viajes, similares a los de selecciones en fechas FIFA. El mayor problema sería la inactividad del vuelo prolongado.
El hecho de que el encuentro se dispute justo antes del parón navideño suaviza la preocupación, ya que los futbolistas tendrán más margen de recuperación tras el choque.
Futuro incierto y temor a precedentes
Mientras LaLiga insiste en que el partido generará consenso y marca un camino de expansión internacional, la AFE y parte de los futbolistas temen que se convierta en una norma recurrente. Real Madrid ya se ha desmarcado calificando la iniciativa de “anomalía”, pero en el pasado Atlético y Girona también fueron candidatos a jugar en Miami frente al Barça.
Por ahora, el Villarreal–Barça del 20 de diciembre está en el centro de un debate que enfrenta dos visiones del fútbol:
- Deporte y competición local, defendido por jugadores y aficionados.
- Espectáculo y negocio global, impulsado por LaLiga y los clubes en busca de ingresos internacionales.