Se teme una masacre mientras los rebeldes mantienen a miles de

Los rebeldes sudaneses han expulsado a las fuerzas gubernamentales de El Fasher, el último bastión del régimen del país en la región occidental de Darfur, en medio de una brutal lucha por el territorio que ha provocado un presunto genocidio y ha contribuido a una de las crisis humanitarias más graves del mundo.

Durante más de un año, las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), de carácter paramilitar, han mantenido sitiada El Fasher, su último gran obstáculo para controlar Darfur. Las FAR pretenden establecer un gobierno paralelo en la región. Desde abril de 2023, se enfrentan a las Fuerzas Armadas Sudanesas (FAS) por el poder.

Las estimaciones sugieren que más de 150.000 personas han muerto a causa del conflicto, mientras que otros 14 millones han sido desplazados de sus hogares.

El jefe del ejército sudanés, Abdel Fattah al-Burhan, quien también es el jefe de Estado de facto, reconoció la captura de El Fasher por parte de los rebeldes. En una transmisión el lunes, afirmó que sus tropas se retiraron de la ciudad debido a la destrucción y el asesinato sistemático de civiles.

Justin Lynch, investigador sobre Sudán y director gerente de Conflict Insights Group, una organización de análisis de datos y monitoreo de conflictos, dijo a CNN que la captura de El Fasher por parte de las RSF marca “el comienzo de lo que tememos que sea una masacre de civiles”.

Según Tom Fletcher, jefe humanitario de las Naciones Unidas, cientos de miles de civiles permanecen atrapados en El Fasher, sin alimentos ni atención médica. Informó que las rutas de escape han sido bloqueadas en medio de intensos bombardeos y ataques terrestres que han asolado la ciudad.

Deja un comentario