Reajuste estratégico de Seúl entre Estados Unidos y China

El ascenso de China y la intensificación de la competencia estratégica entre Pekín y Washington han llevado a Corea del Sur a una encrucijada en su cambio de política exterior, que es a la vez antiguo y nuevo.

La fórmula diplomática clásica de Seúl en las últimas décadas, conocida como «seguridad con Washington, economía con Pekín», fue en su momento una división del trabajo eficaz y bien definida. En ella, Estados Unidos garantizaba la seguridad de Corea del Sur, y China impulsaba su crecimiento económico basado en las exportaciones. Sin embargo, ahora se ve obligada a decidir cómo reposicionarse ante la creciente incertidumbre derivada de las tensiones entre las dos grandes potencias.

Las decisiones de Seúl tendrán un profundo impacto en sus lazos económicos y su capacidad de disuasión en la península coreana, con posibles repercusiones en todo el este de Asia y poniendo de relieve la interconexión de la seguridad y la prosperidad regionales. Por lo tanto, el delicado equilibrio diplomático de Corea del Sur es crucial para sus intereses nacionales y para mantener la estabilidad en la región del Indo-Pacífico.

Este delicado equilibrio exige una política exterior matizada y adaptable. El creciente poderío militar y tecnológico de China obliga a Corea del Sur a abandonar su dependencia indefinida de la política exterior convencional, que podría aumentar su vulnerabilidad ante una agresión china.

Esta intersección muestra otra dimensión del desafío de Seúl: pasar de una diplomacia reactiva a un compromiso proactivo con la región, no solo equilibrando factores económicos y de seguridad, sino trascendiendo el carácter «convencional» de su diplomacia en la reestructuración del Indo-Pacífico .

China ha sido durante mucho tiempo el principal socio económico de Corea del Sur en términos de volumen comercial y cadena de suministro, lo que convierte a Pekín en una pieza clave para los exportadores y fabricantes de Seúl. En cuanto a mercancías, China es el principal mercado de exportación para muchos de los productos de alto valor de Corea del Sur, como semiconductores y pantallas, representando el 20 % de las exportaciones surcoreanas. Empresas surcoreanas como Samsung y SK Hynix también han establecido plantas de producción en el país, gracias a su proximidad geográfica y a una compleja red de inversiones.

Sin embargo, los recientes cambios geopolíticos y las vulnerabilidades de la cadena de suministro han impulsado a Seúl a considerar la diversificación de sus alianzas económicas. China ha utilizado cada vez más su influencia para proyectar sus intereses políticos en Corea del Sur, lo que subraya aún más la urgencia de reducir la excesiva dependencia de un único socio económico. Por ejemplo, las represalias de Pekín contra Seúl por el despliegue del sistema de Defensa Terminal de Área a Gran Altitud (THAAD) en 2016 ilustraron la rapidez con que las medidas selectivas, desde las restricciones al turismo de grupo hasta el escrutinio regulatorio y los boicots informales, pueden afectar a las empresas y al sector servicios surcoreanos. Esto sugiere que el perjuicio económico puede utilizarse como herramienta de política exterior.

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