Argentina enfrenta un momento político crítico, ya que los votantes acuden a las urnas para las elecciones de mitad de mandato que determinarán si el radical experimento económico del presidente Javier Milei continúa. Las políticas del líder libertario han creado una marcada división entre las comunidades ricas y empobrecidas, y el resultado podría afectar el apoyo internacional a la administración Trump.
El contraste entre los diferentes barrios de Buenos Aires ilustra los efectos polarizados del enfoque de Milei. En el exclusivo distrito financiero de Puerto Madero, los concesionarios de autos de lujo reportan un aumento en las ventas desde que se levantaron las restricciones a las importaciones. Los banqueros celebran la posibilidad de comprar dólares en línea después de años de restricciones, mientras que los restaurantes de lujo atienden a ejecutivos que elogian los esfuerzos para atraer inversión extranjera.
Al otro lado del contaminado río Riachuelo, la realidad es radicalmente distinta. En el barrio obrero de Isla Maciel, familias como la de Verónica Leguizamón, de 34 años, dependen de comedores populares para sus comidas diarias. Con solo huevos, leche y panecillos en su despensa, carga regularmente recipientes de plástico bajo la lluvia torrencial para alimentar a sus cuatro hijas.
La administración Trump apuesta 20.000 millones de dólares al éxito de Milei
Estados Unidos ha invertido fuertemente en la supervivencia política de Milei, y el presidente Donald Trump ha amenazado con rescindir un paquete de ayuda de 20 000 millones de dólares si el líder argentino sufre una derrota electoral. Esta intervención sin precedentes refleja la alineación ideológica de la administración Trump con las políticas de libre mercado de Milei y su oposición al movimiento populista peronista.
Cuando los candidatos peronistas lograron victorias aplastantes en las recientes elecciones provinciales de Buenos Aires, los mercados internacionales entraron en pánico ante posibles cambios de política. El Tesoro de Estados Unidos tomó medidas extraordinarias para apoyar la economía argentina, vendiendo dólares para satisfacer la demanda y estableciendo líneas de crédito por un total de 40.000 millones de dólares, provenientes tanto de fuentes gubernamentales como privadas.
La volatilidad del mercado demuestra lo mucho que está en juego en la dirección política de Argentina. Los inversores temen un retorno a la mala gestión económica asociada a anteriores gobiernos peronistas, incluyendo escándalos de corrupción e hiperinflación que devastaron la estabilidad financiera del país.
Las medidas de austeridad arrojan resultados mixtos
El logro más destacado de Milei consiste en reducir la inflación crónica de Argentina mediante drásticos recortes del gasto y la reducción del tamaño del gobierno. El presidente eliminó decenas de miles de empleos en el sector público, recortó drásticamente el gasto estatal y utilizó las reservas de divisas para estabilizar el peso.
Las tasas de inflación cayeron significativamente desde niveles de tres dígitos, cumpliendo la promesa de campaña de Milei en las primarias. Sin embargo, el poder adquisitivo de muchos argentinos disminuyó, ya que los salarios, las pensiones y las prestaciones sociales perdieron valor a pesar de la menor inflación.
La transformación económica afecta particularmente a las poblaciones vulnerables que antes dependían de subsidios gubernamentales y controles de precios. Los comedores sociales reportan una demanda duplicada durante el último año, y los voluntarios señalan que los visitantes ocasionales se han convertido en asiduos desesperados que buscan nutrición básica.
El apoyo regional cambia en medio de las dificultades económicas
El municipio de Avellaneda, que incluye Isla Maciel , muestra un cambio de afiliaciones políticas. Si bien el 42% de los residentes apoyó a Milei durante su campaña presidencial de 2023, el apoyo disminuyó significativamente en las recientes elecciones provinciales debido al aumento de las presiones económicas.
Epifania Contreras, jubilada de sesenta y cuatro años, ejemplifica la frustración de los votantes, explicando que su pensión mensual de $200 no cubre los gastos básicos en medio de la inflación persistente. Muchos residentes expresan nostalgia por las políticas redistributivas peronistas, a pesar de reconocer los fracasos económicos del pasado.
El control del Congreso está en juego
Las elecciones del domingo determinarán el control de 127 escaños en la Cámara Baja y 24 en el Senado. El partido La Libertad Avanza de Milei controla actualmente menos del 15% del Congreso, lo que limita su capacidad para impulsar reformas estructurales.
Un triunfo electoral permitiría a Milei defender las medidas de austeridad, mantener los vetos presidenciales e implementar reformas laborales y fiscales. Una derrota podría forzar dolorosas devaluaciones monetarias, socavando sus logros antiinflacionarios y potencialmente desestabilizando la economía.
La mayoría de las encuestas sugieren una carrera reñida entre la coalición libertaria de Milei y la alianza peronista Fuerza Patria, con los votantes sopesando las dificultades económicas inmediatas frente a las promesas de reformas a largo plazo.