El gobierno de Malasia se ha visto obligado a defender su nuevo acuerdo comercial con Estados Unidos después de que políticos de la oposición, analistas y grupos de la sociedad civil advirtieran que el acuerdo era “unilateral” y podría comprometer la soberanía del país.
El ministro de Inversión, Comercio e Industria, Tengku Zafrul Aziz, ha calificado el acuerdo comercial como “el mejor resultado posible para Malasia”.
“Esta es la realidad geopolítica a la que nos enfrentamos como nación que comercia libremente con la mayor potencia económica del mundo, que también es nuestro mayor socio comercial”, dijo Aziz.
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Entre los críticos del acuerdo se encuentra el ex primer ministro malasio Mahathir Mohamad, un nacionalista comercial y el líder que más tiempo ha servido en el país, quien dijo que las disposiciones del acuerdo equivalían a “entregar” la independencia del país
“Aceptamos comprar sus aviones, gasolina y máquinas, obedecer sus reglas digitales, que tengan la primera oportunidad de explotar nuestros minerales raros, abrir nuestro mercado en sus términos y seguir sus condiciones sobre con quién podemos o no hacer negocios”, dijo Mahathir, rival político del primer ministro Anwar Ibrahim , la semana pasada
Firmado durante la visita de Donald Trump a Kuala Lumpur la semana pasada , el acuerdo estipulaba que Malasia aceptaría eliminar o reducir los aranceles sobre algunos productos estadounidenses, mientras que Estados Unidos se comprometía a mantener los aranceles sobre los productos malasios en el 19%, excepto por una lista de artículos que recibirían una tasa arancelaria recíproca del cero por ciento.
El gobierno celebró el acuerdo como una victoria para atraer mayores inversiones y expandir el comercio con Estados Unidos.
Pero el discurso público se ha centrado en un artículo del acuerdo publicado por la Casa Blanca, que establece que Malasia está obligada a alinearse con Estados Unidos en asuntos de restricciones económicas o sanciones contra un tercer país.
El político de la oposición Azmin Ali afirmó que la cláusula significaría que si “Washington decide bloquear las importaciones de China o Rusia, Malasia debe hacer lo mismo, incluso si perjudica nuestra economía”.
Azmin, exministro de comercio internacional e industria, dijo que obligaría a Malasia a tomar partido en los conflictos de otros y destruiría “la neutralidad que durante mucho tiempo ha sido nuestra fortaleza”.
Políticos de todo el espectro político, incluidos algunos miembros del parlamento de la coalición gobernante de Anwar Ibrahim, así como analistas y grupos de la sociedad civil, también han expresado su preocupación.
Elina Noor, investigadora principal del Programa de Asia del Carnegie Endowment for International Peace, declaró a The Guardian que coincidía con Mahathir en que el acuerdo era extremadamente unilateral, pero no estaba de acuerdo en que violara las disposiciones constitucionales.
