Gustavo Costas y Racing Club entraron esta semana en un período que podría marcar la diferencia en su temporada. De hecho, dado el famoso comportamiento exuberante de Costas en la cancha, se podría pensar que pondría al entrenador al límite. Tres partidos, tres competiciones distintas, y todo en juego. Al menos desde el martes, la primera fase está completa.
El partido de vuelta de los cuartos de final de la Copa Libertadores de esta semana contra Vélez Sarsfield fue el primero de tres partidos decisivos de la temporada para La Academia . El domingo, los de Costas reciben a Independiente en la Liga Profesional de Fútbol, un choque crucial no solo para el prestigio de Avellaneda, sino también para mantener vivo el interés de Racing en la liga tras su flojo inicio. Cuatro días después, Racing viaja a Rosario para los cuartos de final de la Copa Argentina, lo que convierte a estos tres partidos en tres imprescindibles en tan solo nueve días.
La buena noticia es que su veterano entrenador se lo está tomando con calma, y con un guiño a otros equipos en apuros: «Hay equipos grandes que solo juegan cada 15 días, nosotros nos lo jugamos todo».
Sin duda, se lo jugaron todo en el que podría ser el partido más importante de los tres. Tras haber sufrido para ganar a Vélez Sarsfield en la ida de la semana pasada, Racing mostró su mejor versión en El Cilindro al asegurar una victoria por 1-0 que les aseguró el pase a las semifinales de la Libertadores, la primera vez desde 1997 que La Academia se ha posicionado entre los cuatro mejores clubes de Sudamérica.
Costas admitió que su planteamiento táctico había fallado contra un equipo difícil en el primer partido, pero su plan para el martes fue impecable, además de ser bastante más visual que varios partidos recientes de Racing. Sin duda, hubo muchos balones largos dirigidos al incansable e inigualable Adrián Martínez; pero estos estuvieron acompañados de una actuación colectiva mucho más fluida, aprovechando al máximo el césped del Cilindro y manteniendo al Racing a la ofensiva en todo momento.
Incluso con todo y la victoria, Vélez solo logró un disparo a puerta en los 90 minutos, aunque, para ser justos, ese disparo fue el más cercano: un disparo de Imanol Machuca que Facundo Cambeses despejó sobre la línea en su segundo intento. Quedaron un par de milímetros de superficie de balón sobre la pintura, suficientes para convencer al VAR de revocar correctamente la decisión original del gol y ayudar al ex portero de Banfield a conseguir su cuarta portería a cero consecutiva desde que sustituyó a la leyenda del club Gabriel Arias en la titularidad. Racing también tuvo sus oportunidades y estrelló dos tiros en la madera antes de que Santiago Solari convirtiese a corta distancia para sentenciar el empate en los últimos minutos.
Durante todo el partido, Costas se mostró hiperactivo como siempre, paseándose por la banda al ritmo de cada avance de la Academia , bailando alegremente una vez que Solari abrió el marcador y de nuevo al sonar el pitido final. El veterano ni siquiera pudo mantenerse quieto en la rueda de prensa posterior al partido; su silla vibraba frenéticamente mientras respondía a las preguntas de los periodistas, apenas capaz de contenerse.
Con ese objetivo principal asegurado, se aliviará algo la presión para los próximos dos partidos, pero la habrá. Caer ante Independiente en casa en el peor momento de la temporada en Avellaneda sería un duro golpe, y solo el nuevo entrenador del Rojo, Gustavo Quinteros, disfrutaría.
River, por su parte, ha demostrado ser una y otra vez un equipo enemigo de Racing, y las tribunas del Gigante del Arroyito de Rosario estarán listas para explotar con ambos Grandes llevando fanáticos por la Panamericana para el partido.
El Millonario también tendrá una motivación extra tras quedar mal en su propio cuarto de final de la Libertadores contra Palmeiras: a diferencia de Costas, Marcelo Gallardo ahora tiene poco o ningún margen de error este año. Para darle aún más emoción, será el primer partido de Maxi Salas contra Racing tras su polémico traspaso a mitad de temporada.
Lo que es seguro es que La Academia jugará cada partido con una intensidad feroz y con ganas de ganar: si no por otra cosa, al menos para seguirle el ritmo a su inagotable entrenador.