El huracán Melissa ha azotado Cuba, después de arrasar Jamaica como una tormenta catastrófica de categoría 5, la más fuerte que ha golpeado la isla desde que comenzaron los registros en 1851.
La enorme tormenta, de lento desplazamiento, azotó Jamaica con vientos intensos y fuertes lluvias que causaron daños extensos. Permanecerá sobre Cuba como huracán de categoría 3, con el potencial de causar una destrucción considerable, y se pronostica que se dirigirá hacia las Bahamas.
Imágenes satelitales muestran el momento en que el ojo del huracán impacta Jamaica.
Melissa es particularmente peligrosa ya que se intensificó extremadamente rápido y se mueve a la lenta velocidad de una persona corriendo, lo que significa que permaneció sobre Jamaica durante más tiempo, agravando los daños.
Los vientos de la tormenta aumentaron de 70 mph a 140 mph (225 km/h) en tan solo un día, una de las intensificaciones más rápidas registradas en el Océano Atlántico.
La categoría 5 es la más alta en la escala Saffir-Simpson, con vientos sostenidos que superan los 253 km/h (157 mph). Este sistema fue aún más intenso al tocar tierra en Jamaica, con vientos máximos sostenidos de 280 km/h (180 mph). Se desplazó hacia el nor-noreste a 11 km/h (7 mph), según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos en Miami.
¿Hasta qué punto estaba preparada Jamaica para una tormenta como esta?
Los meteorólogos habían pronosticado con precisión que Jamaica se enfrentaría a inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra catastróficos. Se cerraron los aeropuertos y se levantaron las barreras de peaje de las autopistas para permitir que todas las personas que necesitaban evacuar lo hicieran con la mayor facilidad y rapidez posible.
El pequeño país cuenta con recursos limitados y aún se está recuperando de los daños causados por el huracán Beryl , que el año pasado provocó niveles de destrucción históricos.
“La región carece de infraestructura capaz de resistir un huracán de categoría 5”, declaró el primer ministro, Andrew Holness. “La cuestión ahora es la rapidez de la recuperación. Ese es el desafío”.
Uno de los mayores desafíos que presentan los huracanes son las marejadas ciclónicas, donde el nivel del mar puede subir varios metros más de lo habitual a lo largo de la costa a medida que el sistema de baja presión se desplaza.