El gobernante Partido Liberal de Canadá ha declarado que se requiere un presupuesto de “sacrificio” para afrontar tanto la guerra comercial con Estados Unidos como la prolongada crisis del costo de vida que amenaza con sumir al país en una recesión. Sin embargo, dado que los partidos de la oposición han indicado que no respaldarán los planes fiscales del primer ministro, Mark Carney , un fracaso en la votación parlamentaria del presupuesto podría llevar al país a otra elección federal en las próximas semanas.
El ministro de Finanzas del país, François-Philippe Champagne, presentará el martes un plan de gastos que, según ha indicado su gobierno, incluirá tanto déficits considerables como recortes presupuestarios. Se han filtrado pocos detalles antes del anuncio, que supondrá la primera visión sustancial de cómo Carney planea evitar una recesión en medio de la guerra comercial con Estados Unidos, el principal socio económico de Canadá.
En los últimos meses, las agresivas medidas proteccionistas de la Casa Blanca han perjudicado gravemente a las industrias automotriz, metalúrgica y forestal de Canadá. Para mitigar los efectos, Ottawa ha recurrido a recortes de impuestos y a un mayor gasto en defensa e infraestructura para ayudar a las empresas con dificultades, lo que ha llevado al país a una situación fiscal más complicada.
En Canadá, el presupuesto federal es una moción de confianza, lo que significa que una vez presentado como ley, una votación perdida probablemente provocaría el colapso del gobierno liberal minoritario y sumiría al país en sus segundas elecciones federales en menos de 12 meses.
Los liberales cuentan con 169 escaños y necesitan el apoyo de otro partido, o al menos de tres diputados más, para aprobar el presupuesto. Otra opción sería que seis diputados se abstuvieran, reduciendo así el umbral necesario para su aprobación. Sin embargo, estos diputados tendrían que dar explicaciones a sus electores sobre su ausencia voluntaria en una votación crucial para el futuro económico del país.
Los partidos de la oposición han expresado su escepticismo respecto al presupuesto, sugiriendo, en diversos casos, que es excesivo en sus gastos o que no alcanza la inversión necesaria.
En un discurso pronunciado el mes pasado ante los estudiantes de la Universidad de Ottawa, Carney advirtió que “no transformaremos nuestra economía de la noche a la mañana; requerirá sacrificio y tiempo”, y añadió que su gobierno “trabajará incansablemente para reducir el despilfarro, mejorar la eficiencia y tomar decisiones reflexivas y transparentes”.
“No vamos a jugar a juegos. No vamos a perder el tiempo. Vamos a jugar para ganar, apostando por Canadá y los canadienses”, dijo.
El líder conservador, Pierre Poilievre, arremetió contra el discurso, calificándolo de “discurso de sacrificio” y afirmando que los liberales estaban intentando que los canadienses aceptaran “una reducción permanente de nuestra calidad de vida”.
En las últimas semanas, los liberales han acusado a los partidos de la oposición de exigir concesiones fiscales y políticas, advirtiendo que el partido, que cuenta con una sólida minoría parlamentaria, no apoyará ningún ultimátum a cambio de votos.
A finales de octubre, el líder de la bancada gubernamental, Steven MacKinnon, dijo que Poilievre estaba intentando orquestar unas “elecciones navideñas” para desviar la atención de las preguntas dentro de los conservadores sobre el futuro de Poilievre.
