El club del terror: ocho cineastas que están redefiniendo el terror moderno

Las alegorías dinámicas del director de ¡Huye! sobre los peligros, matices y contradicciones de la vida de los negros en Estados Unidos han generado un nuevo vocabulario cinematográfico; se puede juzgar su influencia por la gran cantidad de imitadores, los mejores de ellos alimentados por el propio Peele a través de su compañía productora Monkeypaw.

Experto explorador de los rincones más recónditos del pasado, este director de La Bruja, El Faro y Nosferatu destaca por descubrir las facetas extranjeras de la historia lejana y presentarlas sin el revisionismo moderno. Sus impías máquinas del tiempo abren puertas a la locura, el deseo y la trascendencia.

El cineasta millennial, más cercano al pulso de la generación, tan en sintonía con las soledades y los vínculos significativos de una era dominada por internet. Filtrando temas de conexión y cultura pop a través de la identidad trans y la tradición del horror corporal, obras como «I Saw the TV Glow» exploran las fisuras más inquietantes del yo.

La trilogía de películas de terror de Leone es el mayor éxito del terror de este siglo, prueba de que el boca a boca aún puede crear auténticos éxitos a partir de películas sangrientas de bajo presupuesto bien ejecutadas. Más que cualquier otro Jason o Freddy, el psicótico protagonista, Art el Payaso, demuestra que la sed de sangre del público —gratuita, hilarante y desenfrenada— sigue siendo insaciable.

Desdibujando la línea entre la alucinación y la realidad, con sus películas Saint Maud y Love Lies Bleeding, Glass ha reunido una galería de mujeres intensas, llevadas al extremo por la profunda devoción a ideales distorsionados. Dada a finales fantásticos que cuestionan las interpretaciones fáciles, sus películas se quedan grabadas en la memoria, aunque más como un clavo en el pie que como una piedra en el zapato.

Del fango primigenio de YouTube surgieron dos hermanos que conquistaron el mundo con una provocación que marcaba la época. Con sus películas Talk to Me y Bring Her Back, organizaron exhibiciones de atrocidades entre representaciones creíbles de cómo piensan y se comportan los jóvenes de hoy. Los estudiantes de cine les rezan como si fueran santos recién canonizados.

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