Jaguar Land Rover (JLR) ha confirmado que la producción en sus fábricas permanecerá suspendida como mínimo hasta el próximo mes.
El secretario de Negocios y el ministro de Industria visitaron West Midlands el martes por primera vez desde el ciberataque para reunirse con JLR y empresas de su cadena de suministro.
La empresa no ha podido producir automóviles desde el ataque de finales de agosto, que la obligó a cerrar sus redes informáticas, y crece el temor de que algunos de sus proveedores puedan quebrar sin apoyo .
JLR ha confirmado que sus fábricas, incluidas sus instalaciones en el Reino Unido en Solihull, Halewood y Wolverhampton, no reanudarán sus operaciones hasta al menos el 1 de octubre.
“Nuestro enfoque sigue siendo apoyar a nuestros clientes, proveedores, colegas y minoristas que permanecen abiertos”, dijo JLR en un comunicado confirmando la extensión del cierre.
Reconocemos plenamente que este es un momento difícil para todos los que trabajamos con JLR y agradecemos a todos su continuo apoyo y paciencia.
Fuentes dijeron previamente a la BBC que la interrupción podría durar hasta noviembre.
El ministro de Industria, Chris McDonald, dijo que la visita, junto con el secretario de Negocios, Peter Kyle, fue una oportunidad para “escuchar a los trabajadores y escuchar cómo podemos apoyarlos y ayudarlos a que la producción vuelva a estar en línea”.
Durante una visita al proveedor de techos de JLR, Webasto, en Sutton Coldfield, McDonald le dijo a la BBC que había mantenido conversaciones con gerentes y propietarios de la cadena de suministro de la empresa.
“Es muy importante que respondamos a lo que nos dicen los empresarios… es muy importante que no les impongamos soluciones, sino que colaboremos con ellos”.
También dijo que JLR ya estaba recibiendo apoyo del Centro Nacional de Seguridad Cibernética y la Agencia Nacional contra el Crimen.
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Efectos colaterales
Se cree que el paro le está costando al propio JLR al menos 50 millones de libras a la semana. Políticos y dirigentes sindicales han advertido de consecuencias potencialmente desastrosas para algunas empresas de la cadena de suministro, especialmente las más pequeñas.
El profesor David Bailey, profesor de economía empresarial en la Universidad de Birmingham, dijo que “de una forma u otra, el gobierno va a sufrir un golpe” por el cierre, en forma de un plan de licencia, préstamos o un aumento en la factura de asistencia social si se despide al personal.
“Si fallan partes de la cadena de suministro, será mucho más difícil reiniciar las operaciones en JLR”, dijo a BBC Radio WM.
Algunos de los proveedores de JLR son empresas muy pequeñas que podrían “literalmente quedarse sin dinero” si el cierre continúa, dijo.
Steve Whitmarsh, director ejecutivo de Run Your Fleet, una empresa con sede en Solihull que ofrece servicios de asistencia en carretera y alquiler de coches para empresas, declaró a BBC Radio WM que creía que la intervención del gobierno era “inevitable”, ya que, de lo contrario, las consecuencias serían demasiado graves.
Si perdemos esa cadena de suministro, no la recuperaremos. El impacto en la economía y en el contribuyente será mucho mayor que la asistencia a corto plazo.
Las tres fábricas de JLR en Gran Bretaña normalmente producen alrededor de 1.000 automóviles por día.
Antonia Bance, diputada laborista por Tipton y Wednesbury, dijo que existía el riesgo de “una desintegración de toda la cadena de suministro en JLR”.
“Cuando JLR se recupere y esté listo para funcionar… puede ser que parte de la cadena de suministro no esté lista, si han perdido la mano de obra calificada de la que dependen, o tal vez algunas de las empresas hayan quebrado”, dijo.
Los Demócratas Liberales han pedido la intervención del gobierno. Helen Morgan, diputada liberal demócrata por North Shropshire, afirmó que «la industria automovilística es fundamental para las Midlands Occidentales y, de hecho, para la economía en general».
Las plantas de JLR en el Reino Unido emplean a unas 30.000 personas directamente , otras 100.000 trabajan en la cadena de suministro de la empresa y 60.000 dependen del gasto de estos trabajadores.
Actualmente, la empresa está tomando la iniciativa en el apoyo a su propia cadena de suministro, en lugar de cualquier intervención estatal.
Los parlamentarios de West Midlands y Merseyside, donde JLR tiene plantas, han pedido al secretario de Comercio que considere préstamos similares a los ofrecidos a las empresas durante el confinamiento por el covid-19.
El conservador Saqib Bhatti, cuyo distrito electoral de Meriden y Solihull East alberga una planta de JLR, dijo que el “fracaso” en el apoyo a los proveedores del fabricante de automóviles “podría tener consecuencias económicas realmente significativas” para West Midlands.
Uno de los sindicatos más grandes del país, Unite, pidió un plan de licencia para el personal de los proveedores de JLR, después de informar que a algunos trabajadores se les estaba diciendo que solicitaran el Crédito Universal.
Unite dijo que el personal estaba siendo despedido con “pago reducido o cero” luego del hackeo.