De la agotamiento a la brillantez: Amanda Anisimova sobre cómo la honestidad impulsó su notable renacimiento.

En un deporte como el tenis, que puede llevar a sus protagonistas de un extremo emocional a otro semana tras semana, Anisimova se ha esforzado por valorar los momentos de gloria, los de tristeza y los intermedios, manteniéndose siempre fiel a sí misma.

Anisimova, antigua niña prodigio que se convirtió en profesional a los 15 años y alcanzó las semifinales del Abierto de Francia con tan solo 17, se retiró del circuito profesional durante ocho meses en 2023, alegando agotamiento y problemas de salud mental.

Fue una decisión audaz, dado que siempre se anima a los atletas a superar sus dificultades y perseverar; una decisión que, en última instancia, ha dado sus frutos en más de un sentido.

Hoy es la número 4 del mundo y compite en las Finales de la WTA por primera vez en su carrera tras una temporada estelar en la que alcanzó las finales de Wimbledon y del US Open y se alzó con dos títulos WTA 1000.

Al repasar su campaña de 2025, Anisimova afirma que la mayor lección tuvo que ver con su enfoque mental.

“Diría que la mentalidad con la que afronto los torneos y los partidos. Creo que eso ha sido lo más importante para mí este año”, declaró la estadounidense de 24 años al periódico The Guardian al margen de las Finales de la WTA en Riad.

“Obviamente, ayuda mucho cuando termina el torneo poder mirar atrás y decirme a mí misma que he hecho todo lo posible. Estoy orgullosa de cómo competí y me comporté en la cancha. Y eso es algo que definitivamente he intentado hacer durante todo el año.”

Hay mucho que admirar en Anisimova, ya sea su potente estilo de tenis de primer golpe, su devastador revés o su franqueza al hablar de su vulnerabilidad. Pero el momento que realmente personificó su fortaleza de carácter llegó cuando perdió la final de Wimbledon por 6-0, 6-0 ante Iga Swiatek en julio.

El tenis le da el micrófono a sus atletas instantes después de una derrota desgarradora y espera que den un discurso emotivo. Conteniendo las lágrimas, Anisimova se dirigió al público de la pista central de Wimbledon con unas palabras sinceras para Swiatek, los aficionados y su madre Olga, que había viajado esa misma mañana para ver a su hija competir en su primera final de Grand Slam.

Ese discurso caló hondo en innumerables personas que lo veían, incluyendo a muchos de sus compañeros.

“Me pareció que lo hizo con tanta elegancia, lo manejó de maravilla”, dijo Madison Keys, número 7 del mundo, quien también participa en Riad. “Sé que estar en esa situación es muy doloroso. Me impresionó muchísimo la entereza con la que lo afrontó”.

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