El primer ministro de Canadá, Mark Carney, ha presentado su primer presupuesto federal, que establece un ambicioso plan para transformar la economía de Canadá y abordar el desafío de los aranceles estadounidenses.
Calificado como un «presupuesto de inversión» por el gobierno, el plan fiscal aumenta el déficit de Canadá a 78 mil millones de dólares canadienses (55.3 mil millones de dólares estadounidenses; 42.47 mil millones de libras esterlinas), el segundo más grande de la historia.
El gasto se compensa con planes para atraer 1 billón de dólares canadienses de inversión a Canadá durante los próximos cinco años, y el gobierno federal argumenta que un gasto más restringido eliminaría «programas sociales vitales» y la financiación para el futuro de Canadá
El presupuesto fue presentado por el ministro de finanzas de Canadá, François-Philippe Champagne, en la Cámara de los Comunes el martes por la tarde.
En su discurso sobre el presupuesto, Champagne advirtió que Canadá se enfrenta a «un momento de profundos cambios» y que «se necesitan medidas audaces y rápidas» para garantizar la prosperidad del país.
A lo largo del presupuesto se encuentran referencias a la incertidumbre y a la necesidad de medidas proteccionistas como resultado de los aranceles estadounidenses a Canadá. El presidente Donald Trump ha impuesto un amplio gravamen del 35% a los productos canadienses no cubiertos por un acuerdo de libre comercio vigente, y ha aplicado aranceles a sectores específicos como el acero, el aluminio y los automóviles.
Estos gravámenes, promulgados a principios de este año, ya han provocado la pérdida de empleos canadienses en esos sectores, y los líderes empresariales han advertido sobre una desaceleración de la inversión en Canadá debido a la incertidumbre comercial
Para contrarrestar esto, el presupuesto propone un gasto de 280 mil millones de dólares canadienses durante los próximos cinco años «para fortalecer la productividad, la competitividad y la resiliencia de Canadá».
