Al menos 104 palestinos murieron en una oleada de ataques israelíes en Gaza la noche del martes, según el Ministerio de Salud controlado por Hamás en el territorio.
El ejército israelí afirmó haber atacado «decenas de objetivos terroristas y terroristas» en respuesta a las violaciones por parte de Hamás del acuerdo de alto el fuego negociado por Estados Unidos.
El ministro de Defensa israelí acusó a Hamás de un ataque en Gaza que causó la muerte de un soldado israelí y de incumplir los términos del acuerdo sobre la devolución de los cuerpos de los rehenes fallecidos. Hamás afirmó no tener ninguna relación con el ataque y que Israel estaba intentando socavar el acuerdo.
El presidente estadounidense Donald Trump sostuvo que «nada» pondría en peligro el alto el fuego, pero agregó que Israel debería «contraatacar» cuando sus soldados fueran atacados.
Los ataques israelíes alcanzaron viviendas, escuelas y bloques residenciales en la ciudad de Gaza y Beit Lahia, en el norte de Gaza, Bureij y Nuseirat, en el centro, y Khan Younis, en el sur.
Testigos en la ciudad de Gaza describieron haber visto «pilares de fuego y humo» elevándose en el aire mientras las explosiones sacudían varias zonas residenciales.
El Ministerio de Salud de Gaza informó que un total de 104 personas murieron, entre ellas 46 niños y 20 mujeres, y que más de 250 resultaron heridas.
Tres mujeres y un hombre fueron rescatados de entre los escombros de la casa de la familia al-Banna en el barrio de Sabra, al sur de la ciudad de Gaza, según la agencia de Defensa Civil dirigida por Hamás.
En el campamento urbano de refugiados de Bureij, cinco miembros de la familia Abu Sharar murieron en un ataque contra su casa en el área del Bloque 7, según se informó.
En el hospital Nasser de Khan Younis, las mujeres se reunieron para llorar los cuerpos de una madre, Bayan al-Shawaf, y sus cuatro hijos, que murieron en un ataque contra una tienda de campaña en un campamento para familias desplazadas en la zona de al-Mawasi.
“¿Qué clase de mundo es este? ¿Acaso esto es un alto el fuego?”, preguntó la prima de Bayan, Umm Mohammed. “Los niños estaban durmiendo. Querían aprender”.