El líder libertario radical argentino, Javier Milei , enfrenta un momento crucial en su presidencia, ya que los votantes se preparan para emitir su veredicto sobre su administración de dos años el domingo en un contexto de crisis política y económica y acusaciones de que su aliado Donald Trump está entrometiéndose en los asuntos del país.
Un pobre resultado en las elecciones intermedias del domingo sería un duro golpe para Milei, quien asumió el poder en diciembre de 2023 prometiendo iniciar “una nueva era de paz y prosperidad” recortando el gasto y la inflación.
Milei ha tenido cierto éxito en controlar una inflación de tres dígitos, pero en los últimos meses la ex celebridad televisiva de 55 años se ha visto golpeada por una sucesión de crisis, incluidos escándalos de corrupción que involucran a su hermana y jefa de gabinete, Karina Milei, y otro aliado cercano que estaba vinculado a un presunto narcotraficante, y una venta masiva de la moneda argentina, el peso.
En agosto, Milei fue apedreado por votantes enojados y al mes siguiente su partido, La Libertad Avanza, sufrió una dura derrota en las elecciones provinciales de Buenos Aires, donde vive el 40% de los 45 millones de ciudadanos de Argentina.
El presidente estadounidense, el amigo extranjero más poderoso de Milei, le ha lanzado un salvavidas en forma de un rescate que podría ascender a 40 000 millones de dólares (30 000 millones de libras). Pero incluso Trump pintó un panorama desolador del estancamiento económico del país sudamericano la semana pasada, al declarar a la prensa: «Argentina está luchando por su supervivencia… Se están muriendo».
Trump ha advertido que podría recortar el paquete de ayuda si a Milei le va mal en la votación del domingo, cuando están en juego la mitad de los escaños de la cámara baja, de 257 miembros, y 24 de los 72 del Senado. «Si no gana, estamos perdidos», declaró Trump la semana pasada al recibir a Milei en la Casa Blanca.
El aparente intento de Trump de influir en los votantes argentinos no es su primera intervención en la política sudamericana este año. Desde julio, el presidente estadounidense intentó descarrilar el juicio a su aliado de extrema derecha, el expresidente brasileño Jair Bolsonaro, con una campaña de aranceles y sanciones contra Brasil y sus funcionarios. Sin embargo, dicha campaña fracasó, impulsando la fortuna política del presidente izquierdista brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, y tampoco logró salvar a Bolsonaro de una condena de 27 años por conspirar para un golpe de Estado.
Itai Hagman, economista y peronista que buscará la reelección a la Cámara baja en Buenos Aires el domingo, acusó a Trump de intentar “extorsionar” a los votantes argentinos con su amenaza de retirar su paquete de rescate.
“Es una clara intromisión en los asuntos internos de otro país”, dijo Hagman. “El pueblo argentino defenderá su soberanía y su democracia. No votará basándose en lo que le diga el presidente de otro país, sino en sus propios intereses y voluntad”.