Los exuberantes visitantes, anfitriones conjuntos de la Copa Mundial del año próximo junto con Estados Unidos y México, estrellaron dos veces los palos antes de tomar una merecida ventaja en el primer tiempo gracias a un espectacular tiro libre desde 30 yardas del delantero del Rangers Derek Cornelius.
Con solo tres jugadores retenidos de la victoria del jueves pasado en la clasificación para la Copa del Mundo en Kazajstán, los cambios radicales fueron evidentes mientras Gales ofreció un desempeño inconexo.
Esta fue apenas la segunda derrota de Craig Bellamy en 12 partidos como entrenador principal, pero, habiendo elegido específicamente a Canadá como oponente porque quería que su equipo fuera puesto a prueba adecuadamente, Bellamy y sus jugadores habrán aprendido mucho de esta experiencia.
En cuanto a los visitantes, con algo cercano a su alineación más fuerte disponible, esta exhibición fluida sugirió que podrían dejar una gran impresión en su Copa del Mundo en casa.
Análisis: Gales, un país inexperto, superó en velocidad y juego
Este fue el primer amistoso de Bellamy a cargo de Gales y, como esperaba, Canadá (tres puestos más arriba que su equipo en el ranking mundial) expuso a sus jugadores suplentes a un nivel que tal vez no hubieran encontrado antes.
Bellamy había quedado particularmente impresionado por las fortalezas físicas del equipo de Jesse Marsch: su velocidad en el ataque, su alta presión y su intensidad general dentro y fuera de la posesión.
Incluso en un amistoso, esos atributos se exhibieron plenamente cuando Canadá le dio una paliza exhaustiva a Gales.
El equipo visitante ya había creado un puñado de medias ocasiones cuando Ismael Kone estrelló el balón en el poste: una oportunidad que se presentó gracias al pase desviado de Neco Williams, uno de los muchos que tuvo Gales.
El equipo local tuvo un par de ocasiones de gol (Daniel James desperdició la mejor oportunidad con un disparo débil), pero pasó gran parte del partido a la defensiva.
El defensa canadiense Luc De Fougerolles estrelló un taconazo de volea audaz en el larguero tras un córner y, apenas un minuto después, la suerte de los locales se acabó cuando Cornelius lanzó un feroz tiro libre con el pie izquierdo al fondo de la red.
De manera inusual para un amistoso, este juego tuvo un toque real, con siete tarjetas amarillas (incluyendo una para el ex entrenador de Leeds, Marsch) mientras los ánimos se caldeaban.
Pero como suele suceder en estos encuentros, las cosas se enfriaron a medida que el ritmo del juego disminuyó en la segunda mitad y ambos equipos hicieron varias sustituciones.
Aunque hubo pocas actuaciones destacadas de Gales, si es que hubo alguna, Bellamy pudo dar debut a tres jugadores: el lateral derecho Ronan Kpakio desde el inicio y los centrocampistas Joel Colwill y Kai Andrews desde el banquillo.
Ese siempre fue el objetivo de este encuentro. Un resultado positivo, obviamente, habría sido preferible, pero, sobre todo, Bellamy espera que esta experiencia le sea útil a su equipo cuando reanuden la clasificación para el Mundial el próximo mes.