El entrenador del Liverpool, Arne Slot, señaló el cambio de enfoque de los oponentes como un factor en los problemas de los campeones de la Premier League esta temporada.
Pero es hora de mirar más cerca de casa después de esta miserable noche en Brentford.
No se dejen engañar por el estrecho marcador de 3-2. El Brentford fue superior en todos los aspectos, y si el Liverpool hubiera rescatado un punto, habría sido un robo a gran escala.
Slot se centró en la cantidad de balones largos que los Reds tuvieron que afrontar, junto con estrategias defensivas profundas, como razón detrás de su dramática caída en desgracia que trajo consigo una cuarta derrota consecutiva en la Premier League.
Además de señalar públicamente esto como un área potencial de debilidad en su equipo de Liverpool, el holandés ahora necesita centrar su atención en los esfuerzos desesperados de sus propios jugadores, que estaban vulnerables, expuestos, planos y completamente fuera de lugar.
No ofrecieron ninguna característica redentora mientras volvían a desplomarse, y los fanáticos visitantes sufrieron mientras regresaban a casa después de una noche helada en el oeste de Londres.
Ahora han perdido tantos partidos de la Premier League esta temporada como en toda su campaña para ganar el título, convirtiéndose en el cuarto campeón reinante en perder cuatro partidos consecutivos después de Leicester en 2016-17 (5), el propio Liverpool en 2020-21 (4) y Manchester City la temporada pasada (4).
Esta también fue la primera vez que perdieron cuatro partidos de liga consecutivos desde febrero de 2021, lo que demuestra que Slot debe encontrar la cura para este malestar en su propia puerta en lugar de buscar en otro lado.
Si hubiera sabido cómo los rivales intentan desbloquear al Liverpool, entonces no le habría sorprendido que un saque largo lanzado por Michael Kayode del Brentford expusiera su punto débil después de sólo cinco minutos, con Dango Ouatarra marcando tras un pase de Kristoffer Ajer.
El Liverpool, sencillamente, fue superado. Y fue terrible. Cayó ante jugadas a balón parado y contraataques; en otras palabras, la misma historia de siempre esta temporada.
No se debe ignorar la destacada actuación del Brentford bajo el liderazgo de un líder de creciente estatura como Keith Andrews, pero la caída en los estándares del equipo de Anfield ha sido alarmante.
Los Bees pudieron atravesarlos con facilidad, inquietándolos en cada paso, y el magnífico pase filtrado de Mikkel Damsgaard le dio la oportunidad a Kevin Schade de marcar un elegante segundo gol.
El Liverpool tenía preocupaciones en todas partes, desde los jugadores consagrados del pasado hasta las nuevas y costosas adquisiciones que simplemente no estaban a la altura.
Virgil van Dijk no puede escapar del escrutinio, su sociedad en el lado izquierdo de la defensa del Liverpool con Milos Kerkez, que está en apuros y vale 40 millones de libras, es una alianza incómoda, y el capitán intercambia miradas inquisitivas con el húngaro en la primera mitad.
Fue Van Dijk quien derribó a Outarra en la línea del área para conceder el tiro penal que permitió a Igor Thiago sellar el triunfo del Brentford.
El holandés ha sido una figura central en una defensa que ha fallado durante toda la temporada.