En última instancia, no se trataba de quién había regresado a Anfield, sino de qué había regresado. El Liverpool de la temporada debut de Arne Slot, en la que ganó el título, fue la respuesta y, en su segunda visita consecutiva en noviembre, el Real Madrid no tenía uno propio.
Alexis Mac Allister abrió el marcador la temporada pasada en la derrota por 2-0 de los gigantes españoles (aunque «gigantes» sería una gran exageración de su última actuación en Merseyside) y selló el reencuentro de los pesos pesados europeos, ya que el Liverpool, con toda su agresión controlada y su clara intención, encendió su campaña de la Liga de Campeones y potencialmente toda su temporada. Otra portería a cero y un gol a balón parado aumentaron la satisfacción de Slot en una noche ruidosa y reafirmante en Anfield.
El equipo de Xabi Alonso quedó muy por detrás, con los nombres estelares de Kylian Mbappé, Jude Bellingham y Vinícius Júnior relegados a un segundo plano durante todo el partido, y solo la última actuación dominante de Thibaut Courtois contra el Liverpool impidió una victoria más contundente. Alonso recibió una tarjeta amarilla en su regreso a Anfield. Trent Alexander-Arnold, cuyo mural cerca de Anfield había sido vandalizado más temprano ese día, fue abucheado cada vez que tocaba el balón tras entrar al campo en el minuto 81.
Una jugada tardía resumió el disfrute que el Liverpool obtuvo del partido. Un centro sin rumbo de Alexander-Arnold fue despejado del campo en el lado opuesto por su sucesor como lateral derecho del Liverpool, Conor Bradley. El destacado Bradley empujó a Vinícius por los aires y lo apartó de su camino para mayor seguridad
La diversión no fue la única característica que regresó a Anfield. El Liverpool jugó con una intensidad, una creencia y una organización que recordaban a cuando se enfrentó al Real Madrid hace 12 meses. En aquella ocasión, el equipo de Slot llevaba consigo el impulso de 13 victorias en una racha de 14 partidos invicto. Las circunstancias eran muy diferentes aquí. Esta era una prueba para saber si la victoria contra el Aston Villa el sábado representaba una recuperación fugaz o una con sustancia. Las señales fueron inmediatamente alentadoras para Slot y se mantendrían.
El Real Madrid no salió de su mitad del campo durante los primeros cinco minutos, ya que el Liverpool comenzó con fuerza. Florian Wirtz estuvo al frente en su regreso y creó la primera oportunidad al robarle el balón a Dean Huijsen cerca del banderín de córner. Mac Allister remató desviado con el interior del pie, para su evidente disgusto, pero el tono para una actuación totalmente comprometida ya estaba establecido
Bradley también marcó un hito desde el principio en su batalla personal con Vinícius. El internacional norirlandés volvió a brillar contra los ilustres nombres de Madrid. La temporada pasada encendió a la afición de Anfield con una entrada atronadora sobre Mbappé. Ahora se enfrascó en una disputa constante con Vinícius que, a veces, sacaba de quicio al brasileño. El delantero del Real Madrid fue amonestado por derribar a Bradley cuando este se internaba en el campo visitante y, posteriormente, realizó una patética simulación dentro del área del Liverpool cuando, accidentalmente y levemente, el lateral le tocó la cara.
