«Es reconfortante saber que si tu rendimiento es bueno, no necesitas malos resultados de otros», dijo Arsène Wenger tras ver al Arsenal superar al sorprendente Leicester y alcanzar la cima de la Premier League pocos días después de Navidad en 2015. «Eso es un estrés menos. Una vez que eres el primero, puedes concentrarte en tu rendimiento».
El Arsenal se instaló rápidamente como gran favorito para ganar el título por primera vez desde 2004, pero las cosas no resultaron así, el equipo pasó solo 26 noches en la cima antes de ser superado por los hacedores de milagros de 5.000-1 de Claudio Ranieri.
Es una sensación a la que los aficionados del Arsenal se han tenido que acostumbrar desde que fueron campeones por última vez hace 21 años. Durante ese período, que comenzó con la temporada post-Invincibles, en la que lideraron durante las primeras 10 semanas antes de descarrilarse cuando el Manchester United puso fin a su racha de 49 partidos invicto, y que incluye un récord de 248 noches como líderes y un segundo puesto en la temporada 2022-23, han pasado 773 noches (hasta la mañana del sábado) —el equivalente a más de dos años— en la primera posición sin ver la bandera a cuadros.
El Arsenal vuelve a liderar después de que el Liverpool, campeón la temporada pasada tras un récord de 234 noches como líder, sufriera dos derrotas ligueras consecutivas antes del parón internacional y parece estar mucho mejor posicionado para sacar ventaja que en cualquier otro momento de las últimas dos décadas. Aunque no ha ganado en sus dos últimas visitas al Fulham, su rival del sábado, las victorias catárticas en partidos consecutivos: Newcastle, Olympiakos y West Ham —equipos contra los que el Arsenal ha tenido dificultades con Mikel Arteta— han generado un creciente optimismo en el club de que este podría ser el año en que finalmente superen el marcador.
“No podemos darle demasiada importancia a eso porque la sensación era: ‘Si vas a Newcastle, si pierdes allí, la Premier League está acabada’”, dijo el entrenador del Arsenal el viernes. “Y una semana después, estás donde estás. Así que, sinceramente, hay que centrarse en lo que podemos controlar, en nuestro rendimiento, en cumplir y lograr lo que queremos día a día, y el resto, son 30 partidos, aún es demasiado pronto. Van a pasar tantas cosas. Emocionalmente, no podemos dejarnos arrastrar por estas cosas porque tenemos cosas mucho más importantes que hacer”.
La plantilla es tan completa tras gastar más de 250 millones de libras en refuerzos este verano que incluso la probable ausencia del capitán, Martin Ødegaard, durante seis semanas más por una lesión de rodilla sufrida cuando el Arsenal venció cómodamente al West Ham no debería tener el mismo impacto en los resultados que la temporada pasada. El noruego se perdió casi dos meses por una lesión de tobillo y, sumado a las lesiones de larga duración de los delanteros clave Bukayo Saka, Kai Havertz y Gabriel Jesus, impidió que pudieran plantar cara al Liverpool a pesar de terminar subcampeones por tercer año consecutivo.
Es probable que Eberechi Eze siga sustituyendo a Ødegaard contra el Fulham, y Arteta cuenta con una cobertura de primer nivel en todas las posiciones en una plantilla que, inusualmente, tiene el mismo número de jugadores que usan predominantemente la pierna izquierda como la derecha. «Equilibrio», respondió simplemente cuando se le preguntó cuáles eran los beneficios.