La primera victoria debe marcar un «punto de inflexión»

Por fin ganamos la liga después de seis partidos. Pero, como es habitual en el Rangers, nos lo pusimos muy difícil.

De cara al partido del domingo en Livingston, especialmente después de la pobre actuación contra el Genk en la Europa League, sinceramente no veía que pudiéramos ganar.

Sin embargo, una vez que entramos en el partido después de los primeros 15 minutos aproximadamente, aunque el fútbol todavía era lento y había demasiados pases por detrás, por momentos jugamos un fútbol decente.

Connor Barron en el seis y Nico Raskin como el ocho derecho estuvieron muy bien. Ayudaron a que el balón llegara rápidamente a los extremos, que a menudo se quedaban uno contra uno.

El primer gol fue prueba de ello y quién más que James Tavernier estando en el medio de la portería para rematarlo.

Deberíamos haber ido tres arriba al descanso. Bojan Miovski entró sin problemas, pero falló una ocasión que se esperaba que marcara nueve de cada diez veces. Y nos quedamos maldiciendo nuestra suerte cuando el penalti de Tavernier fue atajado por el impresionante Jerome Prior.

Russell Martin sugirió que la primera mitad fue la mejor actuación de la liga desde que asumió el cargo, y las estadísticas lo confirman, ya que creamos tres ocasiones claras. Sí, todavía no es mucho, pero aun así es una pequeña mejora.

La segunda mitad fue como si estuviéramos aturdidos. No empezamos bien y nos castigaron. Una vez más, John Souttar fue sorprendido bajo un centro a nuestra área, y Mo Sylla quedó libre para empatar.

Pero aquí está el problema con Martin. Es empecinado en su filosofía, pero cuando las cosas salen mal, es como yo cuando juego Football Manager: mete atacantes con la esperanza de que algo lleve a un gol. Por suerte para nosotros, Max Aarons demostró la puntería de un delantero y ganó el partido en el tiempo añadido.

Sin embargo, este debe ser un punto de inflexión para este grupo de jugadores.

¿Creo en Martin y sus métodos? No. Pero los Rangers deben seguir ganando. Lo digo una y otra vez; es lo único que importa.

El Sturm Graz del jueves debería ser una buena oportunidad para desquitarnos del Genk, y luego nos espera el Falkirk. Dos victorias nos bastarán. Intentad llegar al parón internacional con la moral por las nubes.

Todos necesitamos algo que nos apoye porque los resultados, el rendimiento y la negatividad hasta ahora han sido justificados pero agotadores.

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