El Manchester United todavía busca su primera victoria de la temporada en la Premier League después de desperdiciar la ventaja en un empate 1-1 en Fulham el domingo.
Sin embargo, el Everton tuvo un buen comienzo, comenzando su vida en su nueva casa frente al mar en Bramley-Moore Dock con una victoria de 2-0 sobre Brighton gracias a una actuación impresionante de Jack Grealish.
El United buscaba dar un seguimiento a una actuación mayormente alentadora en la derrota ante el Arsenal en la primera ronda del fin de semana pasado y perdió la oportunidad de tomar ventaja en la primera mitad contra el Fulham cuando Bruno Fernandes lanzó un penal por encima del larguero, momentos después de tropezar con el árbitro.
Fue necesario un autogol del delantero del Fulham Rodrigo Muniz, que desvió un cabezazo tras un tiro de esquina de Leny Yoro del United, para darle al United la ventaja en el minuto 58.
El equipo de Ruben Amorim no pudo aguantar cuando el suplente Emile Smith Rowe remató a la red un centro de Alex Iwobi para el empate en el minuto 73.
Esto significa que ningún jugador del United ha marcado un gol esta temporada, tras una pretemporada en la que el club invirtió alrededor de 200 millones de libras (270 millones de dólares) en renovar su ataque con las incorporaciones de Bryan Mbeumo, Matheus Cunha y Benjamin Sesko. Sesko entró como suplente en la segunda mitad por segundo partido consecutivo.
Nueva era en el Everton
En su debut como titular con el Everton, Grealish mostró destellos del jugador que alguna vez fue la figura del fútbol inglés.
El delantero inglés, cedido por el Manchester City en un intento de revivir su carrera, dribló hacia el área y centró para que su compañero extremo Iliman Ndiaye anotara de volea el primer gol de una nueva era para el Everton tras la emotiva salida del equipo de Goodison Park, su antiguo hogar. Casualmente, Ndiaye también marcó el último gol en Goodison en mayo.
Al darle una ventaja a James Garner para que anotara el segundo gol del Everton desde fuera del área, Grealish consiguió una segunda asistencia del juego, tantas como las que logró en total en las últimas dos temporadas de la Premier League en el City.
El portero del Everton, Jordan Pickford, detuvo un penalti de Danny Welbeck para el deleite de los 51.759 aficionados locales que se encontraban en su nuevo estadio, construido con la esperanza de llevar a un club que no había tenido un buen rendimiento en los últimos años a un nuevo nivel. No era la primera vez que se veía a Pickford revisando su botella de agua antes de un penalti, ya que guarda en el vaso el nombre de los posibles lanzadores rivales y el lugar donde podrían lanzar su penalti.
Fue la primera victoria del Everton de la temporada, después de una derrota por 1-0 ante Leeds en la primera ronda.