El doblete de Johnny Kenny en la primera parte, seguido de los goles de Benjamin Nygren y Sebastian Tounekti, le dieron una cómoda victoria a un equipo que había sufrido derrotas ligueras consecutivas.
La sorprendente dimisión de Brendan Rodgers el lunes y las consiguientes repercusiones no hicieron sino agravar una campaña cada vez más turbulenta para el Celtic.
Las protestas de los aficionados previas al partido y la presencia del accionista principal, Dermot Desmond, en la tribuna principal, después de que su declaración culpara a Rodgers de la negatividad que rodea al club, no hicieron más que aumentar lo que ha sido un circo sin precedentes.
En el terreno de juego, han tenido dificultades, quedando a ocho puntos del Hearts tras la dura derrota sufrida en Tynecastle el domingo. Necesitaban urgentemente un repunte contra un Falkirk que llegaba al partido tras dos victorias consecutivas.
O’Neill recurrió a la experiencia, con tres cambios en la defensa y James Forrest desplegado por la banda derecha.
Se repitió el patrón habitual: el Celtic mostró intención, pero al principio tuvo dificultades para inquietar al portero Scott Bain.
El gol decisivo llegó gracias a Nygren, quien por momentos desperdició varias oportunidades de gol. Su disparo rebotó en el poste y Kenny estuvo atento para aprovechar el rebote.
El Falkirk estuvo cerca de lograr el empate inmediato cuando Kasper Schmeichel le negó el gol a Trey Samuel-Ogunsuyi, pero a partir de ahí, el Celtic tomó el control con firmeza.
Kenny aprovechó el derribo de Nygren para anotar su segundo gol, luego Nygren capitalizó la mala parada de Bain y Tounekti aprovechó su oportunidad para rematar a corta distancia.
Podría haber sido mejor, ya que el Celtic disfrutó de un bienvenido alivio tras todo lo que ha azotado al club antes de una crucial semifinal de copa contra el Rangers.
Análisis: O’Neill recibe reacciones
El partido se desarrolló prácticamente como O’Neill hubiera deseado. En esta semana tan turbulenta para el club, una ventaja de dos goles al descanso era un resultado ideal, y supieron aprovecharla.
La intención de avanzar más rápido estaba presente. Estaba claro que había instrucciones de cambiar eso.
Una de las carencias del Celtic ha sido la de un referente goleador. Kelechi Iheanacho parecía ser la solución antes de su lesión, pero finalmente Kenny aprovechó su oportunidad. Se le vio incisivo y con ganas de más.
Un impulso bienvenido para él y para el equipo en general, al igual que la aparición de Daizen Maeda como suplente tras su lesión.
Si Nygren tuviera más precisión en la definición, quién sabe cuántos goles podría anotar, pero constantemente se coloca en posiciones excelentes y lo hizo repetidamente desde una posición central.
Al Celtic aún le queda un largo camino por recorrer para volver a la senda del triunfo, pero este fue un paso realmente positivo que levantó el ánimo antes de la semifinal de la Copa de la Liga del domingo contra el Rangers.
