Según un observador, la emoción por la nueva era en el Manchester United era casi palpable. El copropietario Sir Jim Ratcliffe, el director ejecutivo Omar Berrada y el director técnico Jason Wilcox rebosaban optimismo. ¿Qué propietario no se entusiasma al nombrar a un nuevo entrenador, sobre todo el primero? Era una oportunidad para que Ratcliffe imprimiera su sello en el United tras años de deriva bajo la gestión de los Glazer.
El entrenador, que había recuperado el título con el Sporting, poseía una vivacidad juvenil, una trayectoria admirable e inteligencia emocional. Ruben Amorim , nombrado hace un año, era uno de los jóvenes entrenadores más codiciados del mercado, razón por la cual Tottenham y Liverpool también lo habían considerado.
El United sentía que se había adelantado a todos, pero incluso hace un año, entre sus rivales, había escepticismo ante su euforia. «El Sporting de Lisboa vivió una época dorada con él, y no digo que no contribuyera a su éxito, pero el Benfica y el Porto tuvieron sus problemas; es una liga fácil, y el título del Sporting se magnificó debido a circunstancias especiales», declaró un ejecutivo de gran prestigio que ha contratado a varios entrenadores exitosos de la Premier League. «Amorim se fue y el Sporting aun así ganó la liga la temporada pasada. ¿Quizás fueron los jugadores?».
Un año después, cabe decir que el entusiasmo inicial que mostraron Ratcliffe, Berrada y Wilcox no se ha repetido con frecuencia. Más bien, han parecido tres payasos en el palco de Old Trafford, mirando con tristeza cómo su protegido supervisaba otro desastre.
Y sin embargo, tras tres victorias consecutivas, incluyendo la crucial primera en Anfield contra el Liverpool en casi 10 años, su fe en Amorim ahora parece, de repente, visionaria. Siempre habían sostenido que los momentos más bajos —Grimsby, la final de la Europa League, las dos derrotas en Brentford, la nefasta racha navideña de cuatro derrotas consecutivas— eran etapas de un camino más largo.
“No podemos reaccionar así cada vez que perdemos, ni podemos celebrar como si fuera una final solo porque ganamos”, comentó alguien en Old Trafford sobre el reciente resurgir de la esperanza. Se reconoce que este es un camino largo y difícil. El club cree que Amorim es la persona idónea para enderezar el rumbo del United y está decidido a no repetir la misma historia de los últimos 10 años.
Por eso, según el United, hace un mes no había ninguna posibilidad de que Amorim hubiera sido despedido si hubieran perdido contra el Sunderland tras la cobarde derrota por 3-1 ante el Brentford .
Ratcliffe comparó las dificultades de Amorim con el primer año de Mikel Arteta en el Arsenal y, al parecer, le ha prometido tres años para revitalizar al club. Se espera que Anfield sea para Amorim un momento similar al de Mark Robins, aquella icónica victoria en la tercera ronda de la FA Cup de 1990 en la que el delantero marcó el gol que salvó el puesto de Sir Alex Ferguson.