Se desató una pelea en las gradas antes del partido clasificatorio para la Copa del Mundo, con la policía cargando contra los hinchas argentinos; Lionel Messi y Emiliano Martínez entre los jugadores que intentaron intervenir; Nicolás Otamendi anotó el gol de la victoria en el segundo tiempo y Joelinton fue expulsado en un encuentro dramático; Brasil ahora es sexto en la clasificación
Lionel Messi y Emiliano Martínez intentaron intervenir mientras la policía se enfrentaba a los hinchas argentinos antes de propinarle a Brasil una derrota histórica en el Maracaná por una eliminatoria al Mundial.
La antigua rivalidad deportiva entre dos de los equipos más exitosos del fútbol mundial alcanzó su punto álgido después de que la policía brasileña cargara contra los fanáticos argentinos en respuesta a peleas en las gradas durante los himnos nacionales.
Los campeones del mundo, liderados por el capitán Messi, se dirigieron a las gradas para intentar calmar la situación. Durante los enfrentamientos, Messi pidió que cesaran y Martínez fue grabado abriéndose paso entre la multitud para intentar detener a un policía con una porra. Los jugadores argentinos abandonaron el campo y regresaron al vestuario durante más de 10 minutos.
El partido, que se retrasó 30 minutos, comenzó en un tumulto de ruido mientras los hinchas locales rugían en apoyo a los cinco veces campeones del mundo, que buscaban volver a encarrilar su campaña después de perder eliminatorias consecutivas por primera vez.
Sin embargo, Nicolás Otamendi anotó con un cabezazo imponente para darle a Argentina una victoria por 1-0, la primera vez que Brasil perdía un partido de clasificación para una Copa del Mundo en casa.
Brasil se ubica sexto en la clasificación sudamericana para el Mundial, a ocho puntos del líder Argentina y en el último puesto que garantiza un lugar en el torneo de 2026.
«Estaba sentado en la línea de medio campo. Ninguno de nosotros vio las escaramuzas durante los himnos nacionales, pero el verdadero problema aquí es la absoluta ausencia de segregación entre los aficionados.
Los hinchas argentinos estaban sentados junto al grupo organizado de hinchas brasileños. La segregación de hinchas en Sudamérica es absolutamente normal.
Me pregunto si la gente se volvió codiciosa y pensó: ‘Intentemos vender todos los asientos y reunir a los aficionados’. Eso era un riesgo. Las asociaciones de aficionados de Brasil habían advertido sobre ese riesgo antes del partido.
La policía irrumpió entonces y atacó con porras a los aficionados argentinos. Fue brutal y peligroso. Los aficionados argentinos reaccionaron lanzándoles asientos a la policía.
Los jugadores argentinos ven entonces que sus compatriotas en la grada sufren este trato policial: Lionel Messi y la selección argentina deciden abandonar el campo. Nos preguntábamos si siquiera llegaríamos a jugar, pero afortunadamente la situación se calmó.