Tener demasiadas delanteras es un lujo, pero Sarina Wiegman ha tenido que tomar decisiones difíciles, y Aggie Beever-Jones se lo ha puesto aún más complicado.
La camiseta número nueve de Inglaterra es muy codiciada, con Alessia Russo del Arsenal como una pieza clave y Beever-Jones del Chelsea como una fuerte competidora.
Si a esto le sumamos a la delantera cedida por el Brighton, Michelle Agyemang, Wiegman tiene tres jugadoras muy talentosas para elegir.
Agyemang, quien preocupantemente se lesionó en la victoria de Inglaterra por 3-0 sobre Australia el martes por la noche y abandonó Pride Park con muletas, es una joven promesa emocionante.
Pero Beever-Jones, que marcó su primer gol profesional en abril, se ha convertido en titular habitual del Chelsea, campeón de la Women’s Super League (WSL), y terminó la temporada internacional 2024-25 como máxima goleadora de Inglaterra.
Esto ha generado mucho debate sobre si Wiegman puede permitirse dejar a Beever-Jones fuera del once inicial por mucho más tiempo, incluso si Russo ha demostrado su valía.
El martes, Wiegman las puso a jugar a ambas y Beever-Jones aprovechó su oportunidad, marcando el primer gol de Inglaterra desde la posición de extremo izquierdo.
«Jugar al fútbol saca lo mejor de mí dondequiera que esté jugando», dijo Beever-Jones a ITV después de marcar su séptimo gol en 13 partidos internacionales.
«No me fijo en las estadísticas, solo vengo aquí y me concentro para intentar explicarle a Sarina lo que puedo hacer. Me encanta jugar para Inglaterra, esté donde esté.»
Beever-Jones representó una amenaza para Australia casi de inmediato, ya que estuvo a centímetros de rematar un centro de Beth Mead apenas tres minutos después.
Estaba en fuera de juego cuando intentó un globo sobre la portera Mackenzie Arnold minutos después, pero finalmente logró anotar cuando Russo fue derribada por Alanna Kennedy (la defensora australiana recibió una tarjeta roja) y Beever-Jones marcó el tiro libre resultante.
La jugadora de 22 años continuó causando problemas antes de tener que abandonar el partido prematuramente, tras sufrir un golpe a menos de 10 minutos del final.