Ange Postecoglou ha regresado a la Premier League como entrenador en jefe de Nottingham Forest; era conocido por sus tácticas ‘Angeball’ en los Spurs, pero hereda un equipo entrenado en un fútbol de bloque bajo y contraataque, así que ¿funcionará en el City Ground?
Ha vuelto. Y dados sus momentos destacados de la temporada pasada, no iba a estar ausente por mucho tiempo.
Comentarios sensacionalistas, declaraciones atrevidas, entrevistas que nunca deseabas que terminaran. Ange Postecoglou arrasó en taquilla en el Tottenham Hotspur, y la forma en que cumplió su promesa de “Siempre gano en mi segunda temporada” no hace más que aumentar su atractivo.
Quizás la sorpresa sea dónde ha acabado ahora. El Nottingham Forest ha reemplazado a un entrenador que los llevó del 17.º puesto a la Champions League, por otro cuyo puesto en la Premier League pasó del 17.º al de Europa la temporada pasada.
Los vínculos de Postecoglou con Evangelos Marinakis son claros dada su nacionalidad compartida, además del hecho de que el copropietario del Forest le dio al ex entrenador de los Spurs un premio durante el verano por convertirse en el primer entrenador griego en ganar la Europa League.
Pero aquí hay un conflicto ideológico. Postecoglou se enorgullecía de jugar un fútbol atractivo y ofensivo con líneas altas, presión agresiva y mucha posesión del balón. Ahora se incorpora a una plantilla de jugadores del Forest formados en bloques bajos, contraataques y falta de posesión bajo la dirección de Nuno Espirito Santo.
Los dos estilos del Forest de Nuno y los Spurs de Postecoglou son polos opuestos y así lo confirman quienes conocen los tecnicismos del ‘Angeball’.
“La gente solo habla de atacar y presionar. Eso es 100 por ciento cierto”, le dice a Sky Sports una fuente de alto rango de la era de Postecoglou en los Spurs .
Los principios fundamentales son jugar con el objetivo de marcar goles, defender con agresividad e intentar recuperar el balón lo más rápido posible. Esos son los principios generales básicos.
Pero esos principios no siempre se percibieron positivamente. Esto contribuyó a la percepción de que Postecoglou quería jugar exactamente igual sin importar quién fuera el oponente. Y generó críticas, escepticismo, de todo.