La Asociación Nacional de Ganaderos de Carne de Res (NCBA) se ha pronunciado tras los recientes comentarios del presidente Donald Trump sobre las posibles importaciones de carne de res de Argentina . La propuesta ha suscitado críticas inmediatas de los líderes de la industria, quienes afirman que el plan podría perjudicar a los productores estadounidenses de carne de res.
Colin Woodall , director ejecutivo de la NCBA, no dudó en expresar su decepción. «Bueno, estamos sumamente preocupados por el plan, pero probablemente lo más importante es que estamos totalmente decepcionados por este enfoque del presidente».
Si bien reconoció la intención del gobierno de bajar los precios de la carne de res para los consumidores, Woodall advirtió que esta estrategia perjudicaría los cimientos de la industria cárnica estadounidense. «Entendemos lo que intenta hacer, pero lo que no comprende es que, al intentar bajar el precio de la carne de res para el consumidor, significa que va a bajar el precio que pagan los productores estadounidenses por el ganado».
Continuó: “En efecto, este es un ataque directo a los productores de ganado de Estados Unidos y anula gran parte del trabajo que hemos realizado a lo largo de los años para mejorar la calidad general de nuestro producto, una calidad de la que estamos muy orgullosos”.
La NCBA señala la demanda del consumidor como una señal de la fortaleza de la industria. «Al ver la cantidad de carne de res de primera calidad, al consumidor le gusta lo que le ofrecemos y ha dejado muy claro que quiere más. Por eso, la demanda se mantiene en su nivel más alto en casi 40 años y el consumidor sigue comprando nuestro excelente producto».
Woodall advirtió que el plan de la administración obstaculizaría la capacidad de los productores para beneficiarse de esa fuerte demanda. «Y, lamentablemente, el plan del presidente tendrá un gran impacto en cómo nosotros, como productores de ganado, podemos capitalizarla».
A medida que se desarrolla esta cuestión, se espera que la NCBA continúe rechazando cualquier política que pueda amenazar el precio, la calidad y la reputación de la carne vacuna estadounidense en los mercados nacionales e internacionales.