El partido estaba prácticamente sentenciado. El Real Madrid ganaba 3-0 al Valencia , que luchaba por no descender. El Bernabéu estaba algo apagado. Tres goles en la primera parte ya habían sentenciado el encuentro, y el Madrid había bajado el ritmo en la segunda.
En el minuto 82 del partido, Álvaro Fernández Carreras decidió emular a Roberto Carlos y hacer vibrar el Bernabéu. Con un potente disparo, Carreras marcó su primer gol con el club del que era hincha desde niño, haciendo que algunos en el Bernabéu (incluido Florentino Pérez) revivieran la leyenda brasileña.
En 2020, con 17 años y aún conocido por su apellido paterno, Álvaro Fernández dejó la cantera del Real Madrid para unirse al programa juvenil del Manchester United . Al gigante de LaLiga no le preocupó demasiado: Álvaro no mostraba indicios de poder igualar a sus ídolos, Marcelo y Roberto Carlos.
Su etapa en Inglaterra fue irregular: a pesar de impresionar con el equipo sub-23 del Manchester United (incluso fue nombrado MVP), el lateral izquierdo nunca llegó a debutar con el primer equipo. Fue suplente en un par de ocasiones, cedido al Preston North End, al Granada y luego al Benfica, con una opción de compra por parte del club portugués de seis millones de euros. Una cifra que el Manchester United lamentará profundamente.
En el verano de 2024, el Benfica no dudó y ejerció su opción de compra. Ya con su apellido materno, Carreras experimentó un crecimiento meteórico. El Real Madrid volvió a la carga y desembolsó 50 millones para hacerse con sus servicios. Xabi Alonso necesitaba un lateral izquierdo, dado que Ferland Mendy sufría constantes lesiones, Fran García no rendía al nivel esperado y David Alaba había quedado muy mal parado en la final de la UEFA Champions League contra el Arsenal la temporada anterior.
Entra Carreras.
Alonso confió en el joven de 22 años desde el principio, y Carreras comenzó la temporada con gran aplomo. Gracias a su velocidad y su inteligencia posicional, que le permitían neutralizar a los extremos rivales, se convirtió en una plataforma segura para que Vinicius Jr. y otros jugadores del Madrid (cuyo apoyo defensivo dejaba mucho que desear) pudieran desplegar su juego con libertad. Que Carreras, además de esa solidez defensiva, fuera uno de los pasadores más progresivos del equipo fue la guinda del pastel.
El defensa gallego jugó todos los partidos de Liga del Madrid salvo ocho, y el único descanso que tuvo esta temporada fue en el banquillo contra el Kairat Almaty en la Champions League. Rápidamente se convirtió en uno de los hombres de confianza de Alonso en el campo y lo coronó con una actuación estelar en el partido más importante para todos los jugadores del Madrid: El Clásico.