La televisión chilena se prepara para uno de sus regresos más comentados. Raquel Argandoña, la reconocida “Quintrala”, vuelve a la pantalla como jurado en el estelar Fiebre de Baile, prometiendo encender la competencia con su estilo directo, crítico y sin filtros.
En conversación exclusiva con M360, Argandoña adelantó lo que será su rol en el programa, recordó su paso por otros formatos similares y dejó en claro que, fiel a su estilo, no piensa suavizar sus opiniones.
Una larga trayectoria en la pista
La animadora y opinóloga no es ajena al mundo de los concursos de baile. Consultada por cómo enfrenta este desafío, respondió con seguridad:
“Bien, bien, muchas gracias, bien, no es primera vez. Acuérdate que fui jurado en ‘Bailando por un Sueño’ y también fui participante en el primer programa cuando animaban Karen Doggenweiler y el Rafa Araneda, ¿te acuerdas? ‘Bailando’ en TVN, el 2006. Yo creo que tú no habías nacido todavía”, dijo entre risas, evidenciando su impecable memoria televisiva.
¿La buena o la mala del jurado?
Una de las grandes preguntas es si Raquel se mostrará como la “dura” del panel o si sorprenderá con un costado más benevolente. Sin embargo, prefiere mantener la incógnita:
“Bien, fantástico, pero no voy a decir si voy a ser mala o buena, eso es una sorpresa”, aseguró, aumentando la expectativa del público.
Lo que sí dejó en claro es que disfruta de la adrenalina del vivo, una característica que, según ella, asegura autenticidad:
“Es un programa en directo y eso a la gente le gusta. El que se cae se va a ver, el que se equivoca también. Eso es bueno”, enfatizó.
Sus preferencias en la competencia
Aunque un jurado debe ser imparcial, Argandoña no ocultó que ya tiene simpatías personales dentro del grupo de concursantes.
“No, no, un jurado no puede tener personajes favoritos, pero algunos me caen mejor que otros”, reconoció con sinceridad, fiel a su estilo frontal.
Con esta declaración, la expectativa aumenta: Raquel Argandoña promete ser protagonista de esta nueva temporada de Fiebre de Baile, en un rol que combina experiencia, espontaneidad y su inconfundible sello polémico.