Banco Central intensifica defensa del peso ante caída de activos

Los operadores estiman que la intervención del jueves será cercana a los 350 millones de dólares, dijeron las personas, en comparación con los 53 millones de dólares vendidos el día anterior.

El Banco Central de Argentina intensificó su defensa del peso el jueves mientras los activos del país registraron algunas de las peores pérdidas del mundo, lo que se sumó a la creciente presión sobre el gobierno del presidente Javier Milei.

El Banco Central del país se vio obligado a intervenir en el mercado cambiario por segundo día consecutivo, vendiendo una cantidad significativamente mayor de dólares para mantener el peso dentro del límite de la banda de fluctuación acordada con el Fondo Monetario Internacional, según fuentes cercanas. Los operadores estiman que la intervención del jueves fue cercana a los US$350 millones, en comparación con los US$53 millones vendidos el día anterior.

Los inversores esperaban que las elecciones intermedias del mes próximo impulsaran el apoyo a Milei en el Congreso lo suficiente como para impulsar su programa de reformas económicas. Pero con el aumento de sus índices de desaprobación, la contracción económica y una serie de reveses políticos —desde escándalos de corrupción hasta la oposición de los legisladores—, los inversores comenzaron a deshacerse de los activos del país.

A medida que las estimaciones se difundían en el mercado, los bonos en dólares prolongaron una caída previa, lo que provocó pérdidas en los mercados emergentes. Los bonos con vencimiento en 2035 bajaron 4,5 centavos por dólar, cotizando por debajo de los 48 centavos, su nivel más bajo en casi un año, según datos indicativos de precios compilados por Bloomberg. El índice bursátil argentino S&P Merval cayó más del 5%, la peor caída entre 92 índices bursátiles globales.

La liquidación también está afectando a la moneda, obligando al banco central a intervenir para apuntalar el peso el miércoles por primera vez desde que se establecieron las bandas cambiarias en abril. El peso oficial cerró en 1.474,5 por dólar en el mercado local, justo por debajo del límite superior.

«El Banco Central nunca tendrá problemas en responder cuando se alcance el límite superior de la banda», dijo el portavoz de Milei, Manuel Adorni, a los periodistas en una conferencia de prensa el jueves.

Las bandas de cotización establecidas por las autoridades argentinas en un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional en abril se expanden gradualmente un 1% mensual en ambas direcciones, con incrementos diarios uniformes. El límite superior del peso para el jueves es de 1.474,83, pero el sistema oficial de negociación del país solo permite compras en incrementos de 50 centavos, por lo que, a efectos prácticos, el banco central redondea la cifra.

El “doble golpe de la presión cambiaria y el revés legislativo” aumenta la incertidumbre que rodea al gobierno y aumenta “los riesgos de una gran fuga de reservas para mantener el marco cambiario actual o un abandono prematuro y desordenado del mismo”, dijo Juan Sola, analista de Banctrust & Co, en un informe a inversores.

Incluso antes de la intervención del miércoles, Argentina había estado utilizando otros instrumentos —como la venta de dólares por parte del Tesoro o contratos de futuros de divisas— para estabilizar el peso. El gobierno también restringió la demanda de dólares por parte de los corredores, y el regulador de valores reinterpretó una norma vigente que les impide acumular posiciones en dólares.

Pero los tenedores de bonos institucionales podrían resistir a pesar de que la situación se ha complicado en el último mes, según Alberto Bernal, estratega jefe de XP Investments en Miami. «Van a arriesgarse, con la esperanza de que en las elecciones nacionales el gobierno logre una votación superior al 35-37%», afirmó.

Para Guillermo Guerrero, jefe de investigación de EMFI Securities, las valoraciones serán clave una vez que se calme la situación. «Sin duda, ha sido un mes bastante malo para Milei, pero los inversores deberían estar atentos a los escenarios reales para los próximos dos años y a la firme disposición de la administración a pagar».

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