Tras el último parón internacional, la Roma se encontraba en una posición inusual: en la cima de la tabla. Mientras que el ataque de Gian Piero Gasperini sufrió con fuerza durante las primeras seis jornadas, debido a una defensa asfixiante, los Giallorossi estaban en su mejor momento, compartiendo el liderato con el Nápoles de Antonio Conte. Tras ver caer a sus rivales del sur ante el Torino ese mismo día, el grupo de Gasperini tenía la oportunidad de hacerse con el primer puesto con una victoria sobre el Inter de Milán, segundo clasificado.
Si bien Gasperini hizo algunos ajustes a su alineación titular habitual, utilizando a Paulo Dybala como falso nueve y poniendo a Lorenzo Pellegrini, Evan Ndicka y Wesley por la izquierda, el club capitalino todavía tenía suficiente fuerza en defensa para luchar contra el mejor ataque de la liga de Christian Chivu.
Y por si acaso tu radar de Roma Happened no estaba sonando como loco, vamos a repasarlo:
- Primer partido tras el parón
- Jugar en casa contra un rival odiado
- Una oportunidad para reclamar el primer puesto.
- El técnico está realizando algunos cambios sutiles pero cuestionables en su alineación.
Incluso para los optimistas entre nosotros, eso era difícil de ignorar, pero sabíamos hacia dónde se dirigía este partido…
En tan solo el sexto minuto de partido, el Inter de Milán puso fin de forma prematura y desalentadora a la aspiración de la Roma al primer puesto, quebrando el ánimo de los Giallorossi tras solo 360 segundos en el campo. Con Ange Yoan-Bonny superando el fuera de juego por los pelos, el fenómeno francés solo encontró espacios abiertos frente a él mientras se dirigía hacia la portería de Mile Svilar. Evan Ndicka acertó al atrapar a Bonny por detrás, y aunque Svilar parecía tener bien cubierto el primer poste, reaccionó una fracción de segundo demasiado tarde, encajando un gol tempranero y desalentador.
La Roma pasó los siguientes 39 minutos sin hacer nada destacable, salvo ocupar espacios en el campo. Tras el gol de Bonny, la Roma tuvo el 56% del balón, pero solo tuvo tres ocasiones de gol: un disparo mal colocado de Pellegrini en el centro del área en el minuto 11, un cabezazo de Bryan Cristante en el minuto 12 que rozó el larguero antes de acabar en la portería, y un disparo casi a bocajarro de Ndicka en el minuto 26.
Aunque la Roma hizo bien en evitar más goles en la primera mitad, se fue al vestuario con el rabo entre las piernas y un enorme desafío por delante: seguir frenando la marea del Inter y encontrar una manera de crear un poco de ruido en el último tercio del campo.
Gracias a algunos cambios clave y a un mejor ataque (incluido el debut con el club de Leon Bailey), la Roma generó la impresionante cifra de 12 disparos a portería en la segunda mitad. Sin embargo, la suerte no les acompañó esta noche. Desde los disparos que se estrellaron en el lateral de la red hasta los que ataja Yan Sommer, pasando por los que se quedaron en el césped, e incluso los que no dieron la talla (te estamos hablando a ti, Artem), esta fue una actuación típicamente frustrante de la Roma, una que hemos visto demasiadas veces.
Aún así, a pesar de encajar un gol tempranero y desmoralizante, hay que decirlo: la Roma dominó al Inter en cada paso del segundo tiempo, controlando la posesión y superando al Inter en tiros a 12 a 6. Al final, las buenas intenciones de la Roma no fueron suficientes para derrotar a los nerazzurri, que han estado invictos contra la Roma en el Stadio Olimpico en sus últimas nueve visitas, incluyendo cuatro victorias consecutivas.
Reflexiones finales
Por muy deprimente y predecible que fuera esta derrota, no tiremos el bebé junto con el agua sucia. La Roma aún se está adaptando a la vida bajo el mando de Gian Piero Gasperini y tiene algunas debilidades evidentes que podrían no solucionarse hasta el mercado de fichajes del próximo verano. Aun así, aquí estamos, tras siete jornadas de temporada, y los Giallorossi están entre los cuatro primeros y deberían tener la entereza para mantenerse en la contienda hasta el final.
El problema, como bien lo demostró el partido de hoy, es que no tienen margen de error. Un disparo mal colocado, una parada casi fatal o incluso un fuera de juego prematuro pueden condenar a los Giallorossi a la derrota.
A continuación
La Roma regresa a Europa cuando reciba a sus viejos amigos, el Viktoria Plzen, en la Europa League el jueves.