El Lamborghini Diablo Evolution GTR se subastará en Suiza

Un unicornio  entre los Lamborghinis, una máquina tan escasa que ni siquiera la propia fábrica de la marca la tocó, se prepara para  una subasta espectacular . El Diablo Evolution GTR de 1993 —solo uno de los diez jamás fabricados— será el protagonista de la fiesta de Broad Arrow en Zúrich el 1 de noviembre.

Este no es el típico toro de edición limitada. No, este Diablo se saltó por completo la Sant’Agata Bolognese. Roland Affolter, el pez gordo suizo de Lambo en los 90, lo ideó él mismo. Financiaba una pequeña tanda de Diablos con carrocería personalizada, a los que bautizó como «Evolution GTR», cada uno con unas modificaciones audaces que lo hacían parecer todo menos de fábrica.

¿Bajo esa carrocería artesanal? El mismo V12 de 5.7 litros que hizo legendario al Diablo estándar. La friolera de 485 caballos y 428 lb-pie de torque, transmitidos a las ruedas traseras mediante una palanca de cambios clásica de cinco velocidades. Pura locura sin filtros, de esas que impulsaban a estas leyendas analógicas a más de 320 km/h como si nada.

Este coche deportivo luce una llamativa pintura Viola y un habitáculo de Alcántara azul. Con solo 33.800 kilómetros, es a partes iguales una pieza de museo y una cápsula del tiempo de una época en la que los coches exóticos dependían más del metal que de los microchips.

El rediseño de Affolter eliminó los bordes afilados del Diablo, reemplazando las luces emergentes por unas fijas cuadradas, e incorporando mejoras aerodinámicas: toma de aire en el techo, amplias rejillas de ventilación y un parachoques trasero rediseñado con insertos de malla. Además, cuenta con un alerón ajustable colosal y unas llantas únicas de tres piezas, porque la sutileza no estaba en el menú.

Existen diez. En total. Cada uno es una extraña y maravillosa nota al pie en la historia de Lamborghini, nacida no de proyectos corporativos, sino de la obsesión de un concesionario por destacar. Se dice que los postores podrían apostar cerca de 600.000 dólares al cierre del mercado.

Deja un comentario