Penn State domina a FIU, pero se avecinan dificultades ofensivas

Penn State sigue invicto con una victoria de 34-0 sobre FIU el sábado, pero el desempeño dejó dudas persistentes sobre si la ofensiva de los Nittany Lions está lista para justificar su clasificación nacional número 2.

El marcador sugería una tarde dominante, pero la realidad fue mucho menos convincente. Contra un rival del Grupo de los Cinco, Penn State solo logró 10 puntos en la primera mitad, continuando una preocupante tendencia de inicios flojos.

Gran parte de la atención en Happy Valley durante la pretemporada se centró en mejorar el juego aéreo. Los Nittany Lions recurrieron al portal de transferencias para incorporar nuevas piezas al mariscal de campo Drew Allar, incluyendo a Devonte Ross de Troy, Kyron Hudson de USC y Trebor Peña de Syracuse.

Se esperaba que estos receptores aportaran explosividad y fiabilidad a una ofensiva que necesitaba más equilibrio. Devonte Ross consiguió un touchdown de 42 yardas contra FIU, y tanto Kyron Hudson como Trebor Peña hicieron contribuciones sólidas en el primer partido contra Nevada. Sin embargo, el grupo aún no ha demostrado el nivel de dominio que muchos anticipaban. Contra FIU, el ataque aéreo fue constante, pero rara vez abrumador, dejando la impresión de que aún queda mucho por venir.

La ejecución en zona roja sigue siendo otra preocupación importante. Al igual que contra Nevada, los Nittany Lions se estancaron con demasiada frecuencia en territorio rival, conformándose con goles de campo en lugar de touchdowns. Contra FIU, esos errores fueron disimulados por una defensa que forzó dos pérdidas de balón y equipos especiales que bloquearon un despeje. Aun así, la incapacidad de finalizar las series ofensivas será un problema mucho mayor una vez que comiencen los partidos de conferencia.

Mientras tanto, el juego terrestre, habitualmente un pilar del ataque de Penn State, también tardó en arrancar. Nick Singleton y Kaytron Allen, una de las duplas de backfield más talentosas del país, se vieron frenados hasta el último cuarto. Sus touchdowns tardíos aumentaron las estadísticas, pero al dúo le faltó la explosividad constante que los aficionados suelen ver cada semana.

Si hubo un punto brillante, fue la defensa. Penn State aplastó por completo a FIU, sin permitir puntos, forzando múltiples pérdidas de balón y manteniendo a los Panthers acorralados durante todo el partido. La blanqueada demuestra el potencial de campeonato de la unidad, ya que aún no ha cedido ninguna amenaza en dos partidos.

Aun así, la clave está en el ataque. Una defensa capaz de ganar partidos por sí sola solo puede soportar una parte del peso. Con Oregon y la conferencia a la vuelta de la esquina, los Nittany Lions necesitarán un rendimiento más preciso y consistente en ataque. Las oportunidades falladas en la zona roja y las sequías de anotación no les permitirán sobrevivir contra la élite.

Con un récord de 2-0, Penn State tiene muchos motivos para el optimismo, pero también mucho por demostrar. Hasta que la ofensiva encuentre su ritmo, los Nittany Lions seguirán siendo un contendiente con algunas dudas pendientes.