Se acerca el pitido final en el viaje de CHAN por África Oriental

DAR ES SALAAM: Un MES de fútbol continental, jugado en los impresionantes paisajes del este de África, llega a su fin este fin de semana.

Hoy la atención se centra en el Estadio Nacional Mandela en Uganda, donde Sudán y Senegal se enfrentan por el tercer puesto.

Mañana, Madagascar y Marruecos se enfrentarán por la corona. Pero hablar solo de los partidos finales es perderse la riqueza del viaje que nos trajo hasta aquí.

El Campeonato Africano de Naciones (CHAN) de este año, organizado conjuntamente por Tanzania, Kenia y Uganda, ha hecho más que generar goles y emoción: ha ofrecido una experiencia futbolística marcada por el movimiento, el terreno y una historia compartida. Desde las soleadas costas de Dar es Salaam hasta las frescas tierras altas de Kampala, el torneo ha fluido como los grandes ríos de la región, serpenteantes pero llenos de vida.

El seleccionador argelino, Madjid Bougherra, lo resumió a la perfección. Su equipo se movía entre Kampala, Nairobi y Zanzíbar, pero para él, el viaje no era una carga, sino una ventaja.

“Viajar es bueno porque cuando uno se queda mucho tiempo en un mismo lugar, se vuelve rutina”, dijo. Su equipo, impasible ante los largos viajes y los cambios de clima, reflejó la adaptabilidad que exigía esta competición. Incluso ante campos pesados ​​y aguaceros repentinos, como en el Estadio Nacional Nyayo de Nairobi, Bougherra se negó a quejarse.

Estuvo bien. Un poco pesado por la lluvia, pero el rendimiento no cambió nada —dijo—.

El formato único de la primera organización trinacional de CHAN dio vida al torneo más allá de la cancha. Entrenadores, jugadores y aficionados han formado parte de algo nuevo, algo compartido. No es solo una historia de fútbol; es una historia de África Oriental, contada a través del movimiento, la resiliencia y el ritmo.

Mientras nos preparamos para coronar a los campeones mañana, también celebramos la trayectoria que lo hizo todo memorable. Una trayectoria que comenzó no solo con un balón en el círculo central, sino con un mapa que abarca tres naciones y una competición que se atrevió a ser diferente.

A medida que el torneo regional de fútbol de 2025 se acerca a su conclusión, los premios al Jugador del Partido en las etapas de grupos y eliminatorias no solo han destacado actuaciones individuales destacadas, sino que también han pintado un panorama más amplio de la influencia y la consistencia nacional en la cancha.

Con 36 partidos jugados hasta el momento, se han entregado 36 reconocimientos individuales a jugadores cuyas contribuciones han marcado la diferencia, a menudo decidiendo partidos en duelos ajustados o consolidando el dominio en victorias más cómodas.

Tanzania, Marruecos y Kenia destacan en el recuento de ganadores de premios individuales. Tanzania lidera la lista con cuatro premios al Jugador del Partido, otorgados a Feisal Salum (dos veces), Mudathir Yahya y Clement Mzize.

Marruecos les sigue de cerca, con tres jugadores premiados en las distintas etapas: Mohamed Hrimat (dos veces), Youssef Mehri y Oussama Lamlioui, además de Youssef Belammari en la semifinal. Kenia también tuvo cuatro galardonados: Alpha Chris Onyango, Byrne Omondi, Ryan Ogam y Alpha Onyango (premiado de nuevo en cuartos de final a pesar de la eliminación del equipo).

Ramandimbisoa Toldo, de Madagascar, ha sido el jugador más condecorado de este torneo, al alzarse con el premio al Jugador del Partido en tres ocasiones, cada una en encuentros cruciales que impulsaron la notable trayectoria de Madagascar hasta la final. Su influencia en la fase de grupos y las eliminatorias ha sido clave en la fortaleza táctica y la resiliencia del equipo.