Un súper tifón que provocó la evacuación de miles de personas en Filipinas se ha debilitado “ligeramente”, según la oficina meteorológica del país.
El supertifón Ragasa tocó tierra en la isla de Panuitan, una de las islas Babuyan, en la provincia de Cagayán, al norte de Filipinas, a las 15:00 hora local (08:00 GMT) del lunes. Se espera que Ragasa, con ráfagas de viento de 285 km/h (177 mph), avance hacia el oeste, rumbo al sur de China.
A pesar de su pequeño cambio de intensidad, todavía conlleva un “alto riesgo de marejada ciclónica potencialmente mortal”, con alturas máximas superiores a los 3 metros (10 pies), dijo la oficina meteorológica de Filipinas .
Las autoridades han advertido de inundaciones generalizadas y deslizamientos de tierra y daños a viviendas e infraestructuras.
Mapa que muestra la trayectoria proyectada del supertifón Ragasa por el este y el sudeste asiático. La trayectoria está marcada con puntos de colores que indican su transición de supertifón a tormenta tropical severa. La tormenta se origina al este de Taiwán, se desplaza hacia el oeste cerca de Hong Kong y se dirige hacia Hanói, Vietnam. Las marcas de tiempo clave son: 18:00 GMT del lunes (cerca de Taiwán), 18:00 GMT del martes (cerca de Hong Kong) y 06:00 GMT del jueves (cerca de Hanói).
Las escuelas y oficinas gubernamentales en gran parte del país, incluida la capital, Manila, han estado cerradas.
Las remotas islas Batanes o Babuyan, donde Ragasa tocó tierra, albergan a unas 20.000 personas, muchas de las cuales viven en la pobreza.
En una de las islas, Calayan, el responsable de información Herbert Singun declaró a la Agence France Presse (AFP) que trozos del techo de una escuela fueron arrancados y cayeron en un centro de evacuación a unos 30 metros de distancia, causando una herida leve.
“¿Ves esos cocoteros meciéndose a lo lejos?”, preguntó durante una videollamada. “Antes había ocho. Ahora solo quedan cuatro en pie. Eso demuestra la fuerza de este tifón”.
Las islas se encuentran a unos 740 kilómetros (460 millas) de Taiwán, donde casi 300 personas han sido evacuadas de Hualien, un condado en el este.
No se espera que Ragasa afecte directamente a Taiwán, pero se prevé que inunde la costa este de la isla con fuertes lluvias.
Las áreas forestales y senderos naturales en el sur y este de Taiwán han estado cerrados desde temprano el lunes, mientras que algunos servicios de ferry también han sido suspendidos.
Getty Images Un hombre camina por una carretera en medio de fuertes lluvias antes del súper tifón Ragasa en la ciudad de Lal-lo, provincia de Cagayán, el 22 de septiembre.Imágenes Getty
Se esperaba que Ragasa, que tocó tierra en Filipinas el lunes, causara daños “catastróficos”.
Un súper tifón es el equivalente a un huracán de categoría 5.
Las autoridades de la provincia china de Guangdong han aconsejado a los residentes que se preparen para un desastre catastrófico y de gran escala. Las fuertes lluvias y vientos podrían sentirse incluso el martes, según informaron las autoridades, dos días antes de que la tormenta toque tierra.
Las autoridades de la ciudad china de Shenzhen dijeron que planeaban evacuar a 400.000 personas antes del tifón.
En el distrito de Bao’an, un empleado de un supermercado inusualmente concurrido declaró a la AFP que el pan ya se había agotado al mediodía del lunes, hora local. “No es normal”, dijo.
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En Hong Kong, las autoridades dijeron que el clima “se deterioraría rápidamente” el martes, mientras que la oficina de educación dijo que está deliberando sobre los arreglos escolares.
La aerolínea de bandera de Hong Kong, Cathay Pacific, dijo que cancelaría 500 vuelos que salían de la ciudad a partir de las 18:00 hora local de mañana, mientras que Hong Kong Airlines dijo que detendría todas las salidas desde la ciudad.
Ragasa, conocido localmente en Filipinas como Nando, llega mientras la nación del sudeste asiático se recupera de semanas de inundaciones generalizadas causadas por un monzón inusualmente feroz.
Decenas de miles de personas protestaron en todo el país el domingo contra la corrupción en el gobierno, a la que se atribuye la grave falta de infraestructura para controlar las inundaciones.